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All reviews - Movies (11) - TV Shows (7) - Books (3)

Carta de despedida del MCU

Posted : 3 weeks ago on 7 March 2024 03:00 (A review of Avengers: Endgame)

Como Listal por alguna razón eliminó la reseña que subí el 7 de abril de 2020 (creo que mi reseña con más votos), la vuelvo a subir un poco más censurada:

Creía que para no ver venir los principales fallos de la película había que ser terriblemente ingenuo, pero Avengers Endgame terminó siendo incluso peor de lo que anticipaba.
La película tiene un extraordinario inicio recordándonos lo desconsolante que se supone que fuese el final de la película pasada, la pérdida de Clint, la decepción de Tony, la depresión de Thor… Ver a los héroes rotos levantándose de nuevo para la que podría ser su última batalla, sólo para que no haya forma de recuperar lo perdido y ni siquiera la venganza los satisfaga, es una impactante forma de subvertir expectativas que me hace querer olvidar que todo se resolverá en menos de tres horas.
Y luego, pasan cinco años.
Cinco años desde el evento más importante de la humanidad, cinco años desde que la mitad de todos los que mueven el planeta desaparecieron, y todo sigue igual. Podría haber grupos revolucionarios buscando aprovechar la crisis común de todos los gobiernos, podría haber cultos en torno a Thanos, podría haber alienígenas atacando la Tierra para conocer el epicentro de la tragedia, la caída económica por sí sola debería haber cambiado las formas de vida de todos, cambios ambientales impulsarían mayores crisis de refugiados a lo largo del mundo, pero a la película no le importa nada de esto, sino que agarra el camino más aburrido que puede. Si el chasquido de Thanos apenas cambió el mundo, si Spider-Man puede volver a la escuela apenas termina todo, ¿Por qué era tan importante detener a los villanos previos? ¿Qué hubiese cambiado que Obadiah Stane o Darren Cross triunfaran con la venta de superarmas o que Alexander Pierce ejecutara el proyecto Insight? Incluso un time reset que evitase que el chasquido sucediese en primer lugar le hubiese hecho menos daño a la franquicia del que le hizo esta película. Las calles están más vacías, la gente está triste, sí, pero el cambio es casi enteramente cuantitativo; Endgame nos recuerda que en el mundo de los superhéroes lo más importante es defender la cantidad de individuos vivos, y rara vez se consideran los cambios sociales por los que pueden pasar las diversas comunidades.
Y aún con ello la película se las arregla para asemejarse a un extraño sueño donde ideas que parecen salidas de la nada se mezclan injustificadamente. Ahora Bruce se apoderó del cuerpo de Hulk, y todo su conflicto como personaje deja de existir totalmente fuera de cámara, y se inutiliza todo lo construído con ambos; prácticamente mataron a Hulk sin justificación más allá de alienar al espectador a lo Evangelion 3.33. Lo mismo pasa con Thor, ahora es un gordo permanentemente deprimido que juega Fortnite y abandonó a su gente, consecuencia de que una crisis fuera de pantalla eliminase todo el desarrollo que aparentó tener para convertirse en el rey que Asgard se merecía, para ser tratado como un chiste la mayor parte de la película.
Lo más entendible es ver a Clint saliendo a acabar con la escoria que Thanos dejó vivo, pero incluso eso es arruinado cuando la propia película lo critica infantilmente por "haberse salido de control" porque ahora "matar criminales es algo terrible" pero eso igual no afecta sus interacciones con el resto del equipo.

Y a partir del timeskip la película es un gran trainwreck: Toda la trama se desencadena porque nadie nunca revisó la camioneta de Hank Pym antes de guardarla y una rata toca justo lo necesario para que Ant-Man aparezca con información necesaria para inventar el viaje en el tiempo, que termina de matar a la película.
Darles este poder a los héroes hace que cualquier conflicto de ahora en más sea insignificante, porque ahora pueden traer los objetos y las personas que quieran de cualquier época sin que su línea de tiempo se vea afectada, Thanos perfectamente podría tener su línea de tiempo en donde las cosas se hacen a su manera y los Avengers aún tendrían un final feliz. Intentan generar tensión diciendo que sólo hay partículas Pym para un número limitado de viajes, pero no hay razón para que no traigan partículas del pasado como hacen al final.
Ni siquiera explican bien las reglas del viaje en el tiempo, y eso que lo intentan dos veces. Primero dicen que no se puede cambiar el pasado, pero no aclaran si el futuro está determinado o si crean líneas de tiempo alternas. Luego con Ancestral se dice que al quitar una gema su línea de tiempo es condenada, lo que es demasiado ambiguo. ¿Si sacas una gema esa línea de tiempo será destruída por razones mágicas? ¿O lo dice porque será necesario usar las gemas en el futuro y por eso no puede arriesgarse a no recuperarlas? ¿O devolver la gema a su respectivo tiempo hace que esa línea deja de existir? Podría decirse que esto es nitpicking, pero además de que me parecen las preguntas lógicas que se haría alguien cuando incluís viajes en el tiempo, las implicaciones del viaje en el tiempo son muy importantes tanto para las motivaciones de Thanos como para la conclusión del Capitán América.
Y luego están todos los problemas que se suman a lo largo de la odisea. Por alguna razón nadie mencionó que Thanos buscaba el Orb en 2014 o que era necesario un sacrificio para conseguir la gema del alma, y por alguna razón mandan a Clint y Natasha al planeta que ninguno conoce, casualmente los que se aman lo suficiente para sacrificarse el uno al otro. Ni hablar del retcon que se les hace a algunos personajes del pasado, como cuando retratan al Hulk de 2012 como un chiste estúpido, incluso más flanderizado que en Thor Ragnarok, que alarga forzosamente la trama y excusa una serie de Loki. Y es especialmente insultante que Iron Man, además de inventar el viaje en el tiempo gracias a un montón de investigación fuera de pantalla, ahora pueda también crear un guantelete para usar las gemas más resistente que el que crearon los enanos gigantes espaciales que eliminó Thanos, sumándose a los serios problemas con la tecnología que tiene la película. Las partículas Pym se convierten aún más en un plot device estúpido cuando Thanos puede viajar con todo su ejército con lo que llevaba Nebula, ¿y para qué lo hace siquiera? Si basándose en la memoria de Nebula puede dejar que las cosas en su línea de tiempo sucedan como en la original pero adaptando su chasquido en 2018 a su nuevo plan.
Todo el segundo acto se reduce a una excusa para visitar escenas del pasado como una forma de celebrar la pasada década de la saga, pero enteramente injustificado dado que pudieron haber tomado las gemas cuando estaban mayormente juntas en 2018. Al igual que con Infinity War hay algunos momentos que por sí sólos no están nada mal, como la última conversación entre Tony y su padre, o el sacrificio de Natasha que concluye muy bien su arco, pero el contexto en este caso es mucho más perjudicial.
Luego está el tercer acto, donde la saga se las arregla para que su gran batalla final sea todavía otra gran batalla contra un ejército sin cara, ahora jugando a la papa caliente con un guante, sin que se aproveche la diversidad de poderes que se supone tengan las gemas.
Aún cuando la base entera de los Avengers se desmorona encima suyo, nadie sale herido de gravedad. Comparado con Infinity War, las tragedias de esta película son mucho más aburridas, Tony y Natasha se sacrifican de forma que hace justicia a sus personajes, y Thanos desaparece, pero nadie muere en batalla, a nadie le disparan, a nadie lo atraviesan, a nadie lo aplastan... En películas anteriores se dejaba pasar porque se los quería tener disponibles para este momento, pero ahora que pasó el clímax, los personajes sólo parecen invencibles.
Sin mencionar que no hay razón para que Thor, tras el power up que consiguió en Infinity War, no pueda hacerle nada a Thanos, forzando la batalla 3vs1 que tanto se anticipaba.
Y mientras los fans arman mucho mame por el montón de referencias en la batalla, desde cosas pequeñas como Black Panther llamando a Clint por su nombre, Hope llamando Cap a Steve y Spider-Man usando el modo instakill, hasta el genial momento en que Steve levanta Mjolnir; pocos hablan de lo que no se cerró: Ni Tony interactúa con Bucky, ni Drax vengó a su familia, ni Hulk tuvo su revancha contra Thanos. De por sí cosas como los ataques de Wanda queriendo vengar a Vision, pierden la gracia porque Thanos es reducido a un personaje mucho más simple y aburrido que no tiene la relación con los héroes, que recupere su armadura refleja cómo fue revertido al villano aburrido que veíamos en películas anteriores.

Para concluir tengo que extenderme con el trato que recibe el cast original: Se cierra a Tony como el mejor personaje del MCU, quien logra dejar su digno legado tras haber cambiado mucho su forma de ver el mundo; algunos interpretan su desarrollo como el de un hombre poderoso que va legando su poder para que otros controlen el futuro en su lugar a medida que deconstruye su masculinidad, pero a diferencia de los MGTOW que no aprecian la familia y la vida rural (Que me alegra Endgame aprecie tanto, siendo que tantos de sus personajes salen de ambientes urbanos), prefiero describir su arco como el de un capitalista irresponsable que adquiere un sentido del deber y razones no materiales que hacen valiosa la vida y progresivamente consigue aquello por lo que vale la pena morir.
Al contrario la historia de Thor sobre volverse un mejor hombre para poder ser el rey que Asgard se merece es tirada al desagüe a cambio de un mensaje de mierda sobre que "No importa que no seas lo que se espera de tí, no tenés que exigirte porque sos perfecto a tu manera" que termina de dejar a Thor como el peor miembro del grupo original.
Hawkeye es usado para dirigir nuestra simpatía con el deseo de recuperar lo perdido, pero no se hace nada con su nuevo estatuto de vigilante.
Y Hulk es convertido en un chiste sin relación con su pasado tal como Thor.
Pero no se queda atrás la decepción que desencadena el Capitán: En sus últimas cuatro apariciones antes de Infinity War vimos a Steve acostumbrarse a la era actual, enfrentar dilemas morales para los que no estaba acostumbrado, dejar atrás la ilusión de una vida pacífica sin preocupación por la guerra, y finalmente decidirse por la vida de vigilante por encima de su vida como ciudadano americano. Tuvo un extenso desarrollo que consistía no sólo en aguantar los asuntos pendientes que dejó en su época, sino también en reconocer que no puede vivir sin guerra, que no puede quedarse de brazos cruzados cuando hay problemas, que no necesita familia y estabilidad porque encuentra paz en ser un héroe. Y todo cambia ahora que pasaron cinco años desde que fracasó como héroe y se descubre el viaje en el tiempo. Toda su adaptación se hace innecesaria ahora que no necesita vivir con las consecuencias de su sacrificio, y que haya superado su deseo de volver con Peggy pasa a ser mentira. Lo sigo considerando un buen personaje puesto que sus dilemas morales y personales estuvieron muy bien manejados, y tiene sentido que la incorporación de la máquina del tiempo dé vuelta todo el paradigma, pero se le quita toda una capa de profundidad. Es una cagada que toda su relación con Bucky sea desechada como si nada, y los más importantes cambios por los que pasó Steve para tomar esa decisión quedan omitidos entre esos últimos cinco años.

Age of Ultron criticaba la idea de que con tecnología se pudiesen solucionar todos los problemas de la humanidad, aunque terminase con un mensaje optimista de que la tecnología puede ser usada responsablemente. Endgame va a la punta opuesta haciendo a la tecnología una herramienta mágica que te permite escapar hacia un mundo donde todo se puede arreglar. Las gemas del Infinito, el Mjolnir, los muertos, la vida con tu novia que no tuviste, todo es recuperable. Por un demonio, hasta encuentran la cura para el envejecimiento SIN QUERER, los superhéroes son dioses para este punto.
Para demostrar que Ultron estaba equivocado en su crítica a los héroes hizo falta que Strange viese el futuro y que una rata le revelase a Scott los secretos del viaje en el tiempo. Y el mensaje que deja Endgame es sumamente dañino.
Para colmo la película no es sutil con su agenta pro-reemplazo poblacional al dejar el mayor símbolo de los Estados Unidos de la franquicia y el país de dioses nórdicos en manos de personajes de color. Endgame incorpora al MCU los mismos problemas que hicieron que la gente ya no compre cómics: Ninguna pérdida tiene por qué ser permanente, ningún cambio por el que pase el mundo importa a largo plazo, por cada mundo que salven pueden existir simultáneamente muchos donde pase cualquier otra cosa, y reemplazar a los héroes carismáticos y con conflictos interesantes por símbolos de feminismo y empoderamiento africano se vuelve más importante que la consistencia y la coherencia temática. Ahora las películas quedan en manos de un millenial con problemas primermundistas, un mago copia de Tony Stark capaz de arruinar cualquier historia con sus poderes, un rey aburrido que promueve el globalismo y una mary sue sin límites. No me sorprendería si eventualmente meten cosas como Snowflake y Safespace.
Si este es el camino que siempre estuvieron destinados a tomar, al demonio los superhéroes.


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Buffy the Vampire Slayer review

Posted : 1 year, 11 months ago on 11 April 2022 07:00 (A review of Buffy the Vampire Slayer)

Reseñar "Buffy la cazavampiros" es algo complicado por lo inconsistente que es la calidad de la serie, así que, aprovechando los arcos definidos con los que se presenta la serie, cada arco siendo un año en la vida de la protagonista, iré temporada por temporada:

Temporada 1:

Ya desde la premisa se notan problemas que atraviesan toda la serie.
Una chica normal fue aleatoriamente elegida para que dedique su vida a luchar contra demonios, otorgándosele superfuerza y supersentidos. Por alguna razón sólo a ella se le pide que luche contra lo sobrenatural, a pesar de que hay monstruos en todo el mundo que se tienen que mantener en secreto. Hay una organización que se encarga enteramente de supervisar que la cazavampiros cumpla su trabajo, en lugar de entrenar una fuerza militar que se encargue de luchar contra esos demonios para no depender de una sola persona. Entre tanta estupidez, que todo suceda en una escuela donde las memorias de las personas tiendan a reescribir lo sobrenatural para que esto se mantenga oculto, parece el último clavo que condena a la serie a ser mediocre.

Aún con lo mal que pudieron envejecer los efectos especiales, las aventuras individuales pueden ser divertidas por sí solas, mezclando muchos elementos míticos distintos a niveles absurdos. Pero es imposible tomarse en serio una escuela donde muere gente tan seguido y continúa operando normalmente (que hasta una vez unos alumnos embrujados se comen al director), y que la serie pretenda tener continuidad sólo muestra lo inerte que es el mundo y lo inconsecuentes que son los eventos.

La trama central sobre los vampiros tampoco es realmente interesante, pues son todos demonios que explícitamente no tienen alma y sólo existen para encontrar placer físico en el dolor de otros.
Y sus esfuerzos por parecer adulta metiendo sangre y sexo son insustanciales por el poco realismo del mundo. Vaya, se confirma la existencia del alma y los personajes atestiguan el efecto que la Cruz cristiana tiene en los demonios pero esto no muestra consecuencia alguna en las creencias espirituales de los personajes.

Lo mejor ejecutado es cómo Buffy aprende a vivir con la responsabilidad de ser la cazadora, pero como todo ese conflicto se basa en magia sin sentido, el dilema termina siendo muy insustancial.

Es una serie para adolescentes que quieren ver violencia, magia y drama romántico, no culpo a nadie por abandonarla.

Temporada 2:

La segunda temporada tiene conflictos aún más diversos y creativos, y se explaya en el crecimiento de Buffy mientras profundiza en el trasfondo y conflicto de cada personaje secundario.

Tiene algunos episodios malos, peores que cualquiera de la temporada anterior ("El demonio serpiente" y "Ted" son muy estúpidos y "El asunto escamoso" parece hecho a propósito para decirme que estas series están hechas por nerds resentidos que creen que los deportistas son estúpidos a quienes el mundo les regala todo), pero también tiene episodios más sólidos: hay más tensión, hay más tragedia, los villanos tienen más personalidad, y hay cambios en el status quo de las relaciones entre los personajes, haciendo las tramas dinámicas e impredecibles.

Angel sigue siendo un personaje muy soso, es una persona totalmente distinta cuando no tiene alma que cuando sí, por lo que su conflicto sobre el arrepentimiento por las vidas que arrebató no tiene gravedad, nada de eso lo hizo él sino un demonio que ocupó su cuerpo.
Sin embargo, su relación con Buffy funciona muy bien.

Si los vampiros han de ser representaciones de todos aquellos problemas que un adolescente tiene que superar conforme crece, pocos lo muestran tan bien como Angel. Un sujeto misterioso, mayor, que hace sentir a Buffy que es la única persona que la entiende, pero que también tiene un lado peligroso que termina dañando gravemente a Buffy.

A través de la temporada Buffy enfrenta conflictos principalmente internos, problemas de identidad y de estabilidad emocional, hasta que alcanza su catarsis en un muy eficiente final de temporada, donde los esfuerzos por salvar a Angel fueron insuficientes ante una guerra que se sale de control, y Buffy tiene que sacrificar a su novio para hacer lo correcto. Es una catarsis muy poderosa que hace parecer que toda la continuidad de la serie valió la pena.

Temporada 3:

Y eso se arruina cuando Angel revive porque sí en la temporada siguiente. No es que no aporte nada, pero no es necesario para las tramas centrales y no justifica deshacer el final de temporada anterior sin justificación más allá de "El Destino así lo quería".

Otro daño que el final de temporada le hizo a la serie y que esta temporada no enmienda es que ahora los protagonistas pueden devolverle su alma a cualquier vampiro sólo con saber su nombre. Por lo que de aquí en más siempre que matan a un vampiro también matan a la persona en la que ese vampiro habita.

Pero esta temporada también pega un salto hacia adelante en escritura.
Faith como antagonista moral de Buffy que cada vez se deja llevar más por su irresponsabilidad es otro conflicto muy interesante que causa drama muy humano.
Y que el villano sea un miembro del gobierno que negocia con demonios hace que todos esos eventos fantásticos pasando en el pueblo sin que nadie haga nada ya no parezcan tan estúpidos.
Lidiar con una conspiración mientras gente de su equipo pueden traicionarlos hace a esta temporada entretenida en su propia forma. Pero lo que hace a esta temporada especialmente satisfactoria es ver a los personajes graduarse y dejar el ambiente secundario atrás. Quizás el mundo no se vea tan afectado por la magia como debería, pero el tiempo pasa, los personajes crecen, los conflictos se hacen más maduros.

Lo decepcionante de la temporada es el final:
El director Snyder que parecía ir dándose cuenta de lo que pasaba no presenta ningún giro. Causa problemas a los personajes por querer hacer su trabajo y al final se lo come un monstruo gigante, sin ninguna oportunidad de redención.
Faith no tiene una resolución, termina dejando la serie y cuando vuelve en la temporada final se nos dice que ya se redimió.
El villano principal se convierte en un monstruo sin personalidad y es derrotado por una explosión gigante gracias a que los héroes tuvieron mucho tiempo de preparación.
No hay nada al nivel de drama que tuvo el final de temporada anterior.

Temporada 4:

A partir de acá la serie goza de la ausencia de Angel y Cordelia, quienes menos aportaban a la dinámica del grupo principal.

Si bien los primeros episodios son algo aleatorios con las aventuras de Buffy adaptándose a la universidad, una vez que inicia la trama principal se vuelve muy atrapante: Con la Iniciativa, por fin se nos muestra la reacción de las personas normales ante los monstruos, ¿por qué la organización que entrenó a Kendra y a Faith no hizo lo mismo siglos atrás? No lo sé, pero al menos no pretenden que al mundo no le afecta de acá en más.
Pero aunque el desarrollo de la relación de Buffy y Riley con la Iniciativa es lógico e intrigante, no lleva a nada interesante: Maggie se pasa de paranoica, pierde la confianza de Riley de forma estúpida, es reemplazada por un monstruo artificial que lanza frases reflexivas a lo loco, lo derrotan y se restablece el status quo en Sunnydale.

Lo más consecuente de la temporada está en los cambios en la vida personal de los protagonistas.
Buffy empieza a vivir lejos de su madre y tiene su primer relación seria y sana.
Spike se vuelve parte del grupo protagónico, iniciando una divertida dinámica en la que ayuda de mala gana al equipo mientras empieza a restaurar su moral y se siembra su atracción sexual hacia Buffy.
Y Willow se hace gay. A diferencia de otras series acá ese cambio nunca se nota propagandístico, es una inadaptada social cuya vida romántica fue muy dolorosa y de repente conoce a esta chica que le entiende y le da la atención que necesita, que se abra a la bisexualidad queda bastante creíble.

Al final los mejores episodios de la temporada son los que más desconectados de la trama principal están, como cuando Oz pierde el control de su vida sexual y cuando Faith cambia de cuerpo con Buffy. La calidad de la temporada en general es bastante mediocre.

Temporada 5:

Las temporadas 5 y 6 son la cima de la serie.

Primero usan a Dracula para asegurar que para este punto los vampiros están muy por debajo del nivel de amenaza que les cuesta a los protagonistas.
Luego presentan al villano principal contra quien Buffy no puede mantener una pelea y que le puede hacer daño grave, haciendo que la tensión en esta temporada esté al máximo, mientras llevan a los personajes a su punto más bajo.

Como la serie necesita crear drama no podían dejar que la pareja entre dos blancos, apuestos, heterosexuales, fuertes e inteligentes que se entienden y tienen estilos de vida parecidos prospere, así que Buffy tuvo que hacer incómoda su relación con Riley para forzar una ruptura.

Pero dejarla sin novio contribuye a hacer su vida más agobiante mientras se cuestiona su lugar en el mundo. Mientras Xander y Willow enderezan sus propias vidas, Buffy se hace consciente de su mortalidad, tiene que reconciliarse con su destino, con su muerte venidera.

Estas tramas sobre héroes que tienen que defender la Tierra de una amenaza apocalíptica pierden su peso muy rápido. Cuando los héroes ganan una batalla, las fuerzas del mal ya están preparando a sus siguientes enemigos. Y si los héroes pierden una vez, no queda Tierra que defender y la guerra se acaba, por lo que los héroes, al cumplir un rol totalmente defensivo, están condenados a perder la guerra tarde o temprano.
Por eso es natural que en una serie que ya desde el inicio trataba como algo sencillo el luchar contra el vampiro de la semana, con el pasar de las temporadas el enfoque se haga cada vez más íntimo y centrado en el conflicto psicológico de los personajes.

La mayoría de episodios en esta temporada son buenos, con los personajes enfrentando sus demonios internos, su herencia, su propia debilidad e incertidumbre.
Pero "El cuerpo" debe ser el mejor episodio de la serie. Es la tragedia mejor manejada, bien anticipada, aprovechando al máximo el realismo psicológico de los personajes y con consecuencias irreversibles que se notan en el resto de la serie. El episodio puede sostenerse por sí solo como el mejor trabajo de Joss Whedon como escritor y como director.

Incluso la resolución es muy satisfactoria. Es una coalición de las varias tramas presentadas en la temporada para traer un final no solamente bombástico sino también catártico, pues Buffy alcanza una conclusión personal para el conflicto que la agobiaba: La muerte como liberación de la constante lucha que es la vida.
Y fue trabajo de la temporada siguiente retomar esa conclusión.

Temporada 6:

A partir de acá la magia deja consecuencias permanentes en Sunnydale. Todos esos fenómenos fantásticos terminan dándole a tres inadaptados sociales el poder de causar problemas constantes solamente para elevar su ego, causando daños cada vez mayores.
Y tener a estos antagonistas que pueden hacer cualquier cosa en cualquier momento hace que ya no haya una trama lineal sino que se vuelva a tramas más episódicas conectadas por el desarrollo de los conflictos emocionales de los personajes.
Si la temporada 5 quebró a los héroes físicamente, la temporada 6 los quiebra moralmente.

De nuevo, es raro que confirmar la existencia del Cielo no afecte de ninguna manera la cosmovisión de los personajes, no les hace cuestionarse si hicieron lo suficiente para merecerse entrar, no le da a Buffy la confianza de que podrá volver allí algún día ni hace que Willow se replantee su judaísmo. La serie nunca considera las implicaciones de lo sobrenatural a ese nivel.

Pero la temporada es sobresaliente por el realismo con el que aborda la depresión de los héroes.
En términos de Internet "Se volvió Seinen de golpe".
Haber salido de un Cielo donde todo era paz para volver a la tormentosa vida humana no es sólo que "algo mágico pasa que hace sufrir al protagonista", porque la monotonía con la que Buffy lidiaba con su día a día ya se había establecido desde antes, y eso ahora sólo se acentúa al darle un marco de referencia con el que comparar su vida.

Además de haber vuelto a la vida para seguir salvando el mundo, Buffy tiene que entrar desprevenidamente en la vida adulta, pasando por aún más dificultades que por un lado contribuyen a su tortura, pero también remarca el sentido de progreso con la serie convee, haciendo que en la próxima temporada, cuando Buffy ponga en orden sus asuntos personales después de haberla visto crecer con el pasar de los años, sea muy satisfactorio.

La relación entre Buffy y Spike es la mejor aprovechada de toda la serie. En concepto suena como algo que encontrarías en un fanfic morboso, pero la progresividad con la que se la maneja, tras dos temporadas de Spike aceptando el efecto que los innegables atractivos de Buffy tienen en él y catalizan su lenta redención, y Buffy no sólo apreciándolo más sino también ampliando sus estándares y alimentando su gusto culposo por el peligro sólo para sentirse viva, después de haber metido en sus cabezas varias veces la posibilidad de ser pareja, es excelente.
Cuando al fin se concilia la pareja sirve para hacer llegar a fondo el conflicto de ambos personajes: Buffy negando su realidad y aislándose de sus amigos mientras se hunde más en su hedonismo en lugar de encontrar solución a su crisis existencial, y Spike, consiguiendo finalmente la validación que quería al volverse más que un amigo muy importante para Buffy, pero creando una relación centrada en el placer carnal en la que ninguno ayuda a resolver la tragedia emocional del otro.

El episodio individual que más resalta de esta temporada es “Una vez más, con sentimiento”, que es un excelente ejemplo de cómo la serie sabe manejar su diversidad de tonos, agarrando algo tan ridículo como un demonio que convierte sus vidas en un musical y usándolo no sólo para definir explícitamente el arco que cada personaje tendrá que vivir, sino también para hacerlos encarar sus problemas y anticipar las decisiones que tomarán a futuro, es ingenioso, divertido, conmovedor y catártico.
Aunque la trama fuera de las canciones tiene algunas cosas forzadas y la resolución es muy barata, es muy eficiente en lo demás.

“Campanas del infierno” es el punto más bajo de la temporada. Ni Xander ni Anya tomaron ninguna precaución para evitar que su boda termine en un desastre tan previsible con las personas que invitaron, pero eso es sólo la trama de fondo. La serie no se ganó la conclusión del episodio.
Sí, se establecieron las dudas que tanto Xander como Anya tenían de su matrimonio, pero con Xander estando en segundo plano toda la temporada, y habiendo dedicado tanto tiempo a ver cómo su relación evoluciona de estar basada en la conveniencia y el placer a un intento serio por ser una familia, que de repente esas dudas tengan tanta gravedad como para cancelar la boda a último minuto parece sólo una excusa para quitarles su felicidad a ambos y sumar al ambiente de tragedia y depresión de la temporada.

La temporada se termina sintiendo hasta nihilista, como si las relaciones entre personas rotas estuvieran condenadas a fallar, pero no es como que no haya razón por la que las cosas malas pasan. Las inquietudes y vacíos que cada personaje guarda desde su adolescencia es trasladado a la vida adulta, y cada uno queda tan atrapado en sus problemas emocionales que descuida sus deberes y a las personas que le importan, y eventualmente todo eso se acumula y colapsa.

Para mi sorpresa la serie no muestra un bias que les permita a los homosexuales conservar la felicidad que las otras parejas no pueden tener.
El desarrollo de Willow no fue tan complejo, pero fue consistente y realista. La chica bien portada y con pocos amigos que progresivamente se deja llevar más por las situaciones, sin tener una responsabilidad que la limite como a Buffy en la tercer temporada, va anticipando su potencial caída por la pendiente resbaladiza desde el inicio. Así cuando pierde a Tara es perfectamente entendible que deje salir a su bestia interna para castigar a los culpables.

Pero al parecer eso no era suficiente para los escritores, porque al final la magia toma control de Willow para que intente destruir el mundo.
Su resolución con Xander apelando a su humanidad tiene sentido, pero cualquier consecuencia de su cambio es omitida antes de la temporada siguiente, donde alcanza una resolución a base de entrenamiento fuera de pantalla.
Por lo que el cierre de su personaje, si bien funciona como respuesta a todo el pesimismo de la temporada, queda algo decepcionante para todo lo que se anticipó.

Por otro lado, Buffy aprende finalmente no sólo que la muerte no es algo a lo que tenerle miedo, sino también que aunque la vida está llena de sufrimientos, estos valen la pena por la alegría que puedes traer no sólo a ti mismo, sino a aquellos que quieres también.
No hay un evento claro que le haya hecho cambiar su perspectiva, por lo que no es del todo creíble que tras la gravedad que se le dio a la antipatía de Buffy esta se resolviese en cuestión de tiempo, pero considerando la suma de experiencias mixtas que atravesó tampoco está tan fuera de lugar que alcance esa resolución por sí misma, cerrando su hilo temático y mostrándola preparada para enfrentar el resto de su vida adulta.

Temporada 7:

La temporada final es rara.
Es una mirada retrospectiva a la serie que intenta revisar sus falencias iniciales.

Se retoma el entorno escolar, pero ahora desde la perspectiva de los adultos, pudiendo así darle un cierre redondo a la serie, con Buffy aprendiendo a cumplir su rol como adulto responsable y modelo para la próxima generación.
A diferencia de la primer temporada, la historia ya no es sobre mantener el status quo, es una guerra de dos frentes donde los héroes tienen que adelantarse a los planes del villano, hasta que finalmente puede dar vuelta las normas del mundo.

Hasta la forma en que las primeras temporadas normalizaron los fenómenos sobrenaturales de Sunnydale es satirizada en esta, haciendo que vuelvan con una frecuencia tan amplia que nadie puede enfrentarlos y la ciudad entera tenga que desaparecer por ser un caldo de cultivo para la magia.

La distinción tan marcada entre vampiro con y sin alma fue dejada atrás, en cambio, cuando Spike recupera su alma sigue siendo la misma persona, pero está confundido por su repentino cambio, permitiendo cierta ambigüedad en qué tanto necesitó un alma para enderezar sus valores, lo que es un cierre mucho más inteligente para su conflicto, pues mantiene el peso del desarrollo que tuvo hasta el momento.
Es un ejemplo de cómo la escritura de la serie parece haber evolucionado bastante.

Por otro lado, la explicación que se le da al por qué existe la Cazadora es estúpida. Todo se quiere justificar con un subtexto sobre el patriarcado queriendo abusar de chicas inocentes para cumplir sus propósitos, y nunca se explica cómo esas normas tan inconvenientes se hayan mantenido durante tantos milenios.
Al final la propia serie reconoce lo estúpido de la premisa haciendo que todas las potenciales cazadoras tengan una parte del poder, lo que también es un tipo de alegoría sobre las mujeres teniendo el poder de resistir a la opresión o algo así.

Más allá de aquellas variaciones a la fórmula que la hacen interesante a su manera, la temporada no tiene muchas fortalezas.
El cast se llena de un montón de chicas adolescentes que a pesar de ser necesarias para la trama de cada episodio y los arcos de los personajes principales, no son muy interesantes por sí mismas para el tiempo en pantalla que ocupan. (Y es especialmente incómodo que fuerzan un romance superficial e innecesario entre Willow y una menor)
El villano principal es interesante por cómo engaña y manipula a los héroes, pero más allá de eso su identidad consiste en representar el concepto abstracto de "Primer Mal" sin que se profundice de alguna manera. Y su seguidor, un fanático psicópata a quien sólo le importa obedecerlo, tampoco aporta mucho.

Mientras el final de Spike es un cierre satisfactorio para el crecimiento que tuvo en tantas temporadas, el de Anya queda muy insulso. Alguien tenía que morir para darle drama al final y Anya era quien menos desarrollo tenía del grupo. El egoísmo de Anya nunca se trató con tanta seriedad como la inmoralidad de Spike, así que si bien que ella, que en un inicio sólo pensaba en su propio placer y en la trascendencia del dinero como método de hacer funcionar al mundo a partir de los intereses individuales de las personas, dé su vida luchando por otros, sí cierra su arco de manera coherente; no es un arco que aporte temáticamente a la serie, ni se lo representa con el drama correspondiente por lo apresurado del final.

Así que al final queda una temporada que, al contrario de los complejos conflictos psicológicos de la anterior, presenta temas de forma superficial y poco desarrollada mientras deja entrever más claramente la agenda de los autores.

Conclusión:

La serie tiene sus altibajos muy marcados, cada temporada trae su tanda de cagadas porque de por sí la serie está construida sobre cimientos débiles.
No es fácil recomendarla, en parte por su estructura episódica y poco seria, y en parte por ser una serie donde la religión es inexistente, que constantemente muestra adolescentes escotadas saliendo al boliche y que seguramente es parcialmente culpable de que la brujería y la astrología estén tan romantizadas actualmente entre mujeres con problemas paternales.

Pero también tiene muchos méritos destacables. Las dinámicas entre los personajes pueden empezar algo genéricas pero preservan un desarrollo a largo plazo que compensa lo estático del mundo. Que cada temporada ponga cosas nuevas sobre la mesa impide que se haga monótona y pocos episodios puedo decir que repitan tramas de episodios anteriores sin agregarle un giro memorable.
El humor meta no arruina los momentos serios y, en cambio, es bien aprovechado en tramas cada vez más autoconscientes.
El drama se hace cada vez más eficaz, la tensión cada vez más creíble, pero sobre todo, se mantiene fiel a su premisa como Coming of Age: Los demonios a los que los héroes enfrentan cada año nunca opacan a los demonios internos que tienen que superar, y al menos Buffy termina siendo un personaje excepcionalmente humano que se disfruta mucho de explorar.
Salvo por varios episodios de relleno, en retrospectiva la serie no se siente como una pérdida de tiempo, y queda una experiencia realmente divertida y emocionante.


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Wuthering Heights review

Posted : 2 years, 1 month ago on 15 February 2022 12:00 (A review of Wuthering Heights)

"Cumbres borrascosas" es un clásico literario no tan conocido de una autora aún más desconocida.

Ambientada en la refinada pero igualmente lúgubre granja de Wuthering Heights, en un inicio la historia trata sobre el romance entre una jovencita encantadora y un huérfano extranjero adoptado en la familia.
Y es un "romance" en un sentido amplio, ya que la pasión con que se atraen, dada la intimidad con la que se conocen y la felicidad que cada uno daba al otro durante aquellos monótonos días, alcanza extremos que los personajes sólo pueden definir como un ideal de identificarse el uno con el otro, sintiendo que comparten todos sus dolores y alegrías.
Aunque el entorno social toma parte del sufrimiento que viven al separar sus ideales juveniles de la realidad práctica, el libro se asegura de dejar clara la denuncia al enfermizo apego que sienten el uno al otro. Esto es principalmente gracias a Nelly, la narradora que funciona como voz de la razón.

Pero este romance, a pesar de lo que algunas adaptaciones de Hollywood quieran pretender, es sólo el trasfondo para una historia más trascendental:

Mi escena favorita, por las cuestiones interesantes que plantea, es cuando Nelly conversa con Heathcliff sobre su autopercepción.
Mientras es constantemente discriminado por su origen humilde, Nelly intenta animarlo con que no tiene que dejar que lo definan por lo que su físico parece indicar de su ascendencia, que si no sabe de dónde viene a lo mejor desciende de una monarquía oriental y tiene un gran potencial para adaptarse a una vida aristocrática, que al final es su decisión decidir actuar como el salvaje que otros ven… Y aunque en el momento pareciese que Heathcliff le entiende y le da razón, al instante que Hindley vuelve al cuarto, Heathcliff lo ataca, como si ser un negro violento incivilizado, de hecho, estuviese en su sangre.
Al final es Heathcliff quien tira abajo su autoestima y se encasilla en ser el bárbaro que Hindley ve en él mientras se aferra a un sueño infantil: Catherine como su salvadora.
Esta escena establece un marco de lectura para cómo, a través de las generaciones que se cultivan entre Wuthering Heights y Thrushcross Grange, se desarrolla el tema de "Nature vs Nurture".

Incluso cuando Heathcliff vuelve de su viaje, con un negocio exitoso y pudiendo darse una nueva vida, continúa resintiendo la felicidad de Edgar y Catherine que a él se le fue negada.
¿Es tal desprecio el resultado de la forma en que Hindley lo trató al crecer? ¿O acaso es la expresión del instinto natural de las razas inferiores por despreciar lo más bello?
Con la muerte de Catherine, entre todo su dantesco sufrimiento, Heathcliff termina de convertirse en un arquetipo del hombre débil y espiritualmente vacío que, resintiendo al mundo que no le permitió la felicidad que anhelaba, quiere privar al resto de una dicha similar. No porque le satisfaga emocionalmente, no porque le convenga para un sueño personal en el que encuentre belleza, sino llanamente por un odio primitivo, una violencia acumulada que necesita liberar.

Entre tanta tragedia, vemos el nacimiento de una nueva generación: Cathy, Linton y Hareton.
La relación entre Cathy y Linton se presenta como una oportunidad de hacer las cosas bien, pero se acaba cuando Heathcliff los separa.
Cuando vuelven a encontrarse ya crecidos, vemos lo mucho que Linton se parece a su padre: Es muy apático y egoísta, termina abusando de su estado enfermo y del maltrato que vive para exigir que Cathy lo quiera y lo mime, siendo cada vez más desconsiderado con la felicidad de ella.
Se entiende que la vida con Heathcliff, aislado de cualquier forma de cariño en una casa donde todos se tratan como desconocidos, lo hizo así. Pero el paralelismo con la relación entre Catherine y Heathcliff también deja un mensaje de cómo las fallas del padre se heredan al hijo, y el entorno sacó lo peor de cada uno para que reaccionen así a la naturaleza leal y compasiva de sus respectivos intereses amorosos.

Al final, cuando no quedan expectativas para que el futuro mejore, pero Heathcliff envejece y sus fuerzas se degeneran, sucede algo excepcional: Cathy y Hareton se abren sobre sus deseos, y descubren que para acabar con la tragedia que Heathcliff trajo a su familia sólo necesitan la determinación para pasar de página y empezar de nuevo con optimismo.
Al final la estirpe de Heathcliff se extingue, las fuerzas de la decadencia no perduran.
Al final, por más que el contexto parezca forzarnos a reaccionar de alguna forma, la decisión final de cómo enfrentar nuestra vida está en nosotros.

Capaz la historia no es tan profunda, pero también está encantadoramente narrada.
Es fácil enamorarse de los extensos campos tal como son descritos, pero también sabe introducirte al ambiente gótico que ocupa Wuthering Heights, causa y consecuencia del cambio en la psicología de sus habitantes.
Tal tierra solitaria pero con lugar para mucho amor también está llena de muerte, estando tan lejos de la revolución industrial una enfermedad puede traer la única verdad inevitable a la historia cada vez que el rol de un personaje está completo. Pero también la presencia de fantasmas y preguntas sobre la vida después de la muerte le agregan gravedad a las decisiones éticas de los personajes.
Lockwood como narrador se siente algo innecesario porque está muy aislado del conflicto y nunca llega a intervenir, porque para él el conflicto se resuelve solo. Pero cuando la narradora es Nelly, que es casi todo el libro, su perspectiva como observadora honesta que conoce en intimidad el desarrollo de la familia nos invita a pasar mucho tiempo con los personajes, en sus momentos de debilidad y sus momentos de paz, cómo sus hábitos infantiles se prolongan hasta la adultez y sus tendencias persisten entre las generaciones.

Aunque uno podría usar la narrativa en primera persona como justificación para las múltiples ocasiones en las que Heathcliff, de forma algo caricaturesca, habla abiertamente sobre sus intenciones contra la familia, la historia nunca insinúa parcialidad de parte de Nelly respecto a ningún otro asunto, y como no se nos presenta razón para que mienta, reconozco que el realismo falla en ocasiones (También el romance entre Isabela y Heathcliff queda algo salido de la nada).


Todo dicho, Wuthering Heights es una obra que recomiendo.


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Todo lo que está bien con el anime

Posted : 2 years, 2 months ago on 25 January 2022 01:00 (A review of Fullmetal Alchemist: Brotherhood)

Discutir sobre cuál es el mejor shonen de peleas es una cuestión bastante engañosa, partiendo de la definición tan ambigua que tiene el género. Sin embargo, si estoy tan seguro de que Fullmetal Alchemist: Brotherhood ocupa ese puesto, es porque se trata no sólo de uno de los mejores trabajos en la industria del anime, sino porque ha de ser una de las obras narrativas más completas de la historia.
Mientras otros lo comparan con Rurouni Kenshin, Hunter X Hunter, One Piece o Ashita no Joe, yo lo comparo con Hamlet, Fausto o Frankenstein.

Schopenhauer define lo “orgánico” como aquello en lo que el final está implícito en el inicio y el inicio está implícito en el final. Al leer eso, lo primero en lo que pensé fue Fullmetal Alchemist.
Es que así de bien planificada está la historia, no sólo todo sigue una ley de causa y consecuencia manteniendo consistencia con las leyes establecidas de inicio a fin, cada trama, cada personaje, termina aportando algo esencial a largo plazo, para el desarrollo de los eventos y, mayormente, también para la exploración temática… En casi todos los casos.

La premisa es bastante sencilla: Un mundo de fantasía en un contexto pseudo-histórico, un par de hermanos buscan un objeto mágico para solucionar sus problemas.
El giro está en que la piedra filosofal se encuentra en los primeros episodios pero no satisface las necesidades de los protagonistas, y en cambio, la existencia de dicha piedra guarda secretos que involucran a los héroes en un conflicto mucho mayor de lo esperado. Y lo que aprenden en ese conflicto es la clave para cumplir sus objetivos.
Así, mientras seguimos las aventuras de unos hermanos en su viaje personal por redimir los errores a los que los llevó su arrogancia, nos introducimos en la historia de una nación que quiere redimir sus propios errores. La serie hace un trabajo sublime en relatar las historias de una enorme diversidad de personajes manteniéndolos conectados a la historia principal mientras los temas centrales los atraviesan a todos.

Con eso no me refiero a que se reiteren los mismos temas por 60 episodios, sino que los temas se van desarrollando en varios niveles con cada parte de la historia.
Lo de "Todo es Uno y Uno es Todo" no es sólo una frase que los niños digan al inicio para darle profundidad a la alquimia. Para entender la ley de intercambio equivalente la serie propone ver al mundo como un colectivo de cuerpos unidos por la transmisión de energía.
Los hermanos Elric se niegan a responsabilizarse de la ejecución de nadie, incluso de sus enemigos, porque reconocen un valor especial en la vida humana. Y a diferencia de esas películas de superhéroes que te dicen que "matar está mal" por razones abstractas que no se fundamentan, acá esas decisiones sí tienen sentido: Los Elric reconocen el potencial que hay en cada vida, y demuestran que dando segundas oportunidades a gente que trabaja para las causas incorrectas, se les puede dar conocimiento para que tengan la libertad de actuar por un bien mayor. Personajes como Jerso, Zampano o incluso Greed se sienten más valorados trabajando con los Elric para salvar Amestris con la esperanza de cumplir sus intereses a largo plazo, que sirviéndole a Kimblee exclusivamente por sus propios intereses.
Me convence del valor de la vida y la predisposición humana a hacer el bien sin caer en idealismos infantiles. Y la serie mantiene esa filosofía en todos los niveles, haciendo que cada personaje introducido aporte algo de importancia incluso mucho después de haber cumplido su rol inicial.
Es eso de lo que va la historia, no solamente sobre entender el ineludible principio de intercambio equivalente al que el mundo está sometido, sino sobre una revolución: Una transformación de un mundo en el que muchas personas son sacrificadas por los intereses de una oligarquía inhumana, en un mundo donde los distintos organismos, aún tomando lo que les corresponde, pueden dar de su parte para que al Todo le vaya mejor, porque Todo es Uno.

Con todo esto también explora la cuestión de la Libertad en relación al conocimiento llegando hasta a abarcar cuestiones epistemológicas con múltiples formas en que los personajes se relacionan con la Verdad: La serie reconoce explícitamente la existencia de leyes objetivas que guían el transcurso del mundo, Física, Economía, Justicia, representándolas con un ente consciente: Dios. Es una silueta totalmente blanca pero su voz refleja la de la persona con la que habla, porque aún habiendo una realidad objetiva detrás del hecho, la realidad percibida refleja a aquel que percibe.
Cada misterio que plantea la serie, la piedra filosofal, el origen de los homúnculos, la desaparición de Xerxes, la transmutación humana, el Día Prometido, no sólo está para engancharte a esperar las respuestas, sino que refuerza la eterna necesidad de conocimiento para poder actuar con libertad, pero al final la mayor libertad está en interpretar los hechos para darle sentido al mundo, sea un alto miembro del ejército queriendo interpretar el Día Prometido como una forma de darle inmortalidad a la gente de Amestris para justificar su traición, los golpistas que al derrocar el gobierno incentivan a la gente a interpretar sus acciones como actos de Justicia, o un alquimista que reinterpreta la Ley de intercambio equivalente para crear una nueva ley que haga mejor un mundo no tan justo.
Al final, cuando restaura el cuerpo de su hermano, Edward no sabe nada que no supiese Father, ni tiene nada que no tuviese al inicio de la serie, pero son las experiencias que vivió, sus relaciones, las que lo llevaron a ser un hombre más completo, con profundo entendimiento de la alquimia y la humanidad.

Y me encanta cómo se tratan asuntos de metafísica, ética, política y epistemología y simultáneamente se transmiten claramente mensajes esenciales para el desarrollo personal, como que la inmortalidad es inútil si ni siquiera sabes disfrutar tu tiempo en la Tierra (Que toques pasto, pues).

Ni siquiera en cuanto a política queda debiendo. No es ningún Legend of the Galactic Heroes, pero sabe representar cada bando de manera inteligente para lo que requiere su mensaje.
Es decir, la serie sí te muestra que hay personajes claramente buenos y claramente malos, pero no lo hace de manera infantil porque, primero, esas dicotomías sí se encuentran en la vida real (en el mundo actual son especialmente comunes los políticos corruptos a los que no les importa la nación que los nombra y en cambio se entregan a beneficios personales y/o promesas metafísicas de un lugar privilegiado en un nuevo mundo), y segundo, porque representa fielmente el comportamiento humano en concordancia con el contexto en que cada uno se desarrolló.

Considerando todo esto, no sorprende ver lo bien cuidado que está cada personaje, todos con una amplia gama de emociones, opiniones, fortalezas y debilidades que les dan humanidad.

Edward y Alphonse tienen una relación muy rica, partiendo de cómo cada uno se culpa por el sufrimiento de su hermano. Tienen un arco común, donde la promesa que se hicieron es puesta a prueba y, tanto juntos como por separado, van enfrentando verdades que los impulsan a evolucionar.
Edward tiene un arco propio excelente, dejando atrás su arrogancia mientras cambia su perspectiva del mundo, entendiendo no sólo las limitaciones del ser humano sino también sus fortalezas. Incluso si a veces da sermones a otros personajes que muestran lo excepcionalmente maduro que es, y la serie hasta llega a representarlo como una especie de monje/profeta con una relación única con Dios, lo maneja de forma tan progresiva y discreta que no pierde credibilidad (Polo opuesto del "Niño de la profecía" o el "Joy Boy" de Naruto y One Piece).
Alphonse enfrenta tantos desafíos como Ed, pero como no expresa sus opiniones al nivel que él lo hace, y a grandes rasgos comparten la misma filosofía, su desarrollo resulta menos acentuado y menos lineal.
Su crisis existencial por la dependencia de sus memorias para definirse se resuelve rápido. El resto de la serie se lo ve demostrando que no se lo debe subestimar por su edad, aprendiendo a tomar decisiones propias cada vez más extremas para defender lo que valora, y a partir de eso termina formulando el nuevo principio de intercambio equivalente junto a su hermano.

Roy y Riza, como participantes de la guerra de exterminación de Ishval que buscan ascender políticamente, sirven para protagonizar el arco de redención a nivel nacional.
En un inicio buscan iniciar un proceso de juicios donde castigarían a todos los que hayan participado del abuso contra el pueblo de Ishval, estando dispuestos a incluirse a ellos mismos. Para el final de la serie ese objetivo se abandona, y la resolución se centra en mejorar las relaciones entre Amestris e Ishval. De esa forma la serie se mantiene consistente con que el bien mayor no se alcanza con sólo acabar con los individuos que hicieron daño, sino que para interrumpir el ciclo de odio y violencia se requiere dar de uno mismo para ayudar al vecino.
Esto no significa que las malas personas no deben ser castigadas, pero al igual que cuando Winry apunta un arma a Scar u cuando Roy está por matar a Envy, lo que importa es saber bien por qué le quitas la vida a alguien y estar dispuesto a recibir las consecuencias.

Y así se puede hablar de cada personaje, Scar, Winry, Hohenheim, Ling, Kimblee, Marcoh, Izumi, porque la serie tiene un muy fuerte sentido de la economía: Si un personaje es introducido para servir de algo, continúa aportando algo hasta el final de la serie.
Un puñado de personajes sirven para hacer funcionar al mundo (Charlie, Karley, Fokker, etc) pero de los demás, cada uno existe porque tiene un efecto en el mundo y en otros personajes que sólo él puede tener.
Personajes secundarios como Havoc, Ross, Armstrong, Lan Fan, Barry, Buccaneer, Knox, todos llegan a una catarsis que no sólo es conmovedora por sí sola, como sucede con las aventuras episódicas en Monster, sino que están muy bien incorporadas en la totalidad de la historia.
Incluso un detalle, como una niña llorando en el entierro de su padre, un momento triste en torno a un evento trágico, puede ser retomado mucho después para aportar a la caracterización de otro personaje.

A quienes sí les tengo que dedicar una sección es a los homúnculos:
Lo que se esperaría de un grupo de villanos en un shonen de peleas, es que cada miembro tenga su propio trasfondo, con poderes y personalidad únicos, que eventualmente te puedan contar en un flashback para aque te sientas mal por ellos cuando los derrotan, como si cada uno fuese protagonista de su propia serie. Eso es lo mejor, si querés que los fans los pongan en sus tops de villanos favoritos y quieran jugar con cada uno de ellos en un juego de peleas. Pero en Fullmetal Alchemist cada personaje está incluido con su aporte a la historia total en mente.
Nunca se profundiza en Lust, sirve para obstaculizar a los héroes cuando empiezan a descubrir la verdad y para establecer la perspectiva que tienen los homúnculos de los humanos, y luego es eliminada para que la historia se centre en personajes más complejos.
Lo mismo pasa con Gluttony, a quien irónicamente humanizan más al explorar su mentalidad de niño (Naturalmente reflejando uno de los sentimientos más primitivos de los seres vivos) que muestra que incluso entre los homúnculos forman lazos de familiaridad en alguna medida.
Sloth es el más soso, ni siquiera tiene la gama de emociones que tiene Gluttony, y aparece en un punto de la historia donde ya nos acostumbramos a villanos más complejos. Es especialmente problemático cuando, de pura casualidad, aparece en Fort Briggs cuando los Elric están ahí, aún cuando no sabemos de nadie que se haya encontrado con Sloth en todo el tiempo que lleva cavando túneles. Aunque cumple su función como un obstáculo más complejo que el ejército de zombies para el arco final y, sobre todo, su existencia es esencial y coherente con el plan de Father, es el que queda más desconectado del resto de la trama y si lo hubiesen derrotado en cualquier otro punto de la historia no cambiaría mucho.

Los homúnculos más importantes, ya representando pasiones más complejas y no tan animalísticas, son muy buenos personajes, no sólo por servir a la trama sino porque el profundizar en su psicología sirve para explorar los temas de la serie.
Envy puede parecer muy caricaturesco porque, de hecho, es todo un showman, disfrutando del daño que les produce a las personas sin mostrar la menor simpatía, y se relaciona con la envidia porque su poder es robar las características de otros. Pero eventualmente vamos conociendo su verdad: Es un gusanito. Carece de todas las fortalezas de la humanidad (No siente culpa, pero tampoco entiende el perdón, ni el poder de los humanos para unirse con gente diferente por una misma causa, ni puede cambiar), así que tiene que exaltarse pretendiendo ser lo que no es, para poder presumir de las fortalezas de ser un homúnculo y ocultar su envidia. Así refleja también el dilema de Father, el pequeño en el matraz que si no se convierte en Dios no se siente libre.
Si alguno iba a rebelarse contra la voluntad de Father tiene sentido que sea Greed, quien termina siendo el más simpático de los homúnculos. Desde el inicio tiene una vida mucho más humana que el resto, pero además lo vemos madurar, pues aunque sostiene su excepcional avaricia aprende a ordenar sus prioridades y revelar su lado más humano, mostrando el aspecto positivo de la codicia como una fuerza que nos impulsa a lograr grandes cosas. Su relación con Ling resulta un giro en la historia del héroe que tiene grandes ambiciones, cada uno aprendiendo de este conflicto entre seguir sus deseos sin querer sacrificar sus principios, aún hallándose restringidos por el principio de intercambio equivalente, hasta que finalmente Greed encuentra satisfacción en dar su vida por sus amigos.
Pero King Bradley no es menos excepcional. Destaca por las fuertes impresiones que crea siendo un hombre totalmente instrumentalizado para los propósitos de alguien más, con acciones extraordinarias y posturas extremas que expresan el frío razonamiento que tiene detrás, a su vez siendo un eco de la interpretación matemática que tiene Father de la humanidad. Se maneja con ambigüedad cuánto queda del Bradley original, que si sigue siendo el humano al que le arrebataron su libertad, o si simplemente es un homúnculo en el cuerpo de un humano; pero al final, aún si el individuo se siente parte de una maquinaria en la que su voluntad no importa, admite que encontró la humanidad que le queda en las libertades que tuvo, sea eligiendo a su esposa o disfrutando de una batalla hasta la muerte.
En Pride no se profundiza tanto. Termina siendo el que más funciona como una extensión de Father: Como la encarnación de su orgullo, nunca cambia ni aprende nada, pero sirve para explorar la perspectiva de los homúnculos sobre la humanidad sin que el propio Father tenga que abrirse al respecto, y es junto a Envy quien más contribuye a construir una atmósfera de terror mientras se revela la profundidad a la que se infiltró el enemigo. Su resolución es la más extraña, pues se da por la combinación justa de sus poderes con el creciente entendimiento de la alquimia de Edward, y la excesiva confianza en su habilidad lo termina condenando. Pero su conclusión también nos muestra que los homúnculos, aún pareciendo demonios del averno, tuvieron siempre el potencial para ser humanos, pero fue el camino por el que decidió llevarlos Father lo que les hizo estancarse.

Por último está Father, un villano muy infravalorado.
La envidia nacida de no reconocer en uno mismo las virtudes de otros, la codicia de querer poseerlo todo sin sacrificar los principios de los que se parte, la ira contra esas emociones que no respetan la naturaleza matemática del mundo, y el orgullo… Todos estos pecados nos terminan mostrando la humanidad de un personaje que se caracteriza por querer distanciarse de los humanos:
No tiene mucho tiempo en pantalla, ni tiene una vida privada más allá de su plan en la que lo veamos formar lazos íntimos, recuerdos personales ni apego a nada, lo que hace que muchos lo vean como un villano plano que sólo existe para antagonizar a los héroes. Pero como un individuo que se aisló de cualquier interacción humana porque sólo ve valor en su objetivo a largo plazo está muy bien ejecutado.
No es un samurai cuyo corazón se llenó de odio hacia la injusta sociedad, no es un monstruo nacido para dominar el mundo que progresivamente aprende el valor de la humanidad, ni siquiera es un hijo de puta cuya personalidad extravagante lo haga divertido para el público (Al menos no la mayor parte del tiempo). Pero el enano en el matraz que busca la libertad absoluta es la poderosa tragedia del hombre que se niega a cambiar por mantener su mente fija en un ideal metafísico en lugar de conocer el mundo; es el ideal romántico de la rebelión contra Dios, exigiendo que debe haber un mundo libre de la condición humana, y a la vez una encarnación del hombre positivista que piensa que con conocimiento puede imponerse sobre el orden natural, que puede volverse el nuevo dios.

Incluso si no tiene mucho tiempo en pantalla, la serie se asegura de que su presencia se sienta todo el tiempo. Todo el país es su creación, la Historia es su plan, la alquimia es su legado, los demás villanos son parte de él. Mientras la historia de los hermanos recuperando su cuerpo es protagonizada por Ed y Al, en la historia de Amestris preparándose para el Día Prometido, la que cierra con los créditos del episodio 63, las figuras centrales son Hohenheim y el Homúnculo.
Por un lado el ser que aún teniendo inmortalidad la gasta tratando de escapar del mundo físico, por el otro el hombre que cuando recién empieza a disfrutar su vida inmortal, se encuentra obligado a dejarla de lado para proteger lo que ama.
Estas dos perspectivas sobre el sueño más antiguo de la humanidad terminan siendo clave para el mensaje antiescapista con el que Fullmetal Alchemist nos enseña a enfrentar la condición humana, dominando y enmendando nuestros pecados, a valorar el tiempo que tenemos en la Tierra, a funcionar en armonía con las jerarquías naturales y a ejercer nuestra Libertad en favor del bien mayor.

Soy especialmente fan de cómo la serie aprovecha su formato para que cada episodio sea un EPISODIO, con un inicio, desarrollo y final, un arco temático, un cambio en el status quo, ADEMÁS de ser una parte de una historia mayor. Y cómo los openings y los endings se adaptan al cambio de ambiente en la historia, cómo usa escenas post-créditos para jugar con las expectativas del espectador, cómo la dirección visual y musical forman leitmotifs que se mantienen constantes a través de la serie.
Se nota mucho el trabajo puesto en hacer a la serie una pieza de arte armónica.

Pero hay elementos que rompen la armonía de la serie y me impiden darle una nota perfecta:

-El primer episodio queda más como un piloto para promocionar la serie que como algo que como una apropiada introducción a la serie. Pues si bien sirve para presentar a los personajes en un status quo que pronto será alterado, no aporta nada esencial para el resto de la historia y hasta recicla giros de episodios posteriores, sin acercarse a la profundidad de Lior que establece temas importantes para el resto de la serie.
-El ritmo de esos otros primeros episodios a veces es acusado de ser demasiado apresurado, pero aunque sí se nota un descenso en la densidad de eventos en el resto de la serie, cada episodio llega a contar su historia eficientemente, sin omitir información importante y sin gastar más de lo necesario en los personajes con los roles más pequeños ni en posponer giros para hacerlos más shockeantes.
-El humor es de lo más criticado. Nunca queda fuera de lugar y enriquece las personalidades tan multifacéticas de los personajes, sabiendo acentuar ironías, juegos con las perspectivas y choques con las personalidades que aportan mucho a la memorabilidad y al entretenimiento general de la serie. Pero aún si no cae en típicos chistes de tetas, personajes explicando el chiste o juegos de palabras que sólo se entienden en japonés, que podrían alejar a gente que no está acostumbrada al medio, sigue habiendo tipos de chistes recurrentes que, si no te gustan, pueden volverse algo molestos a la larga, pero se concentran mayormente en la primera parte. Lo más "animesco" que tiene es el impulso automático de Edward cuando mencionan su altura y esa costumbre de convertir a los personajes en caricaturas minimalistas por momentos, y esto último sí llega a chocar con el contexto en ocasiones.
-El mundo Steampunk es… Cuestionable al menos. Se entiende que por la existencia de la alquimia la tecnología se desarrolló por una ruta distinta, pero aún así es chocante cómo tienen brazos y piernas mecánicos, pero tecnología así de avanzada no se ve en ninguna otra parte, restringiéndola a trenes de vapor y radio a lo mucho.
-La historia de Sheska es débil. Los Elric descubren que el secreto de la Piedra Filosofal está en la biblioteca, así que los homúnculos deciden que ese es el mejor momento para quemarla, hasta ahí tiene sentido. Pero luego resulta que, primero, hay una chica (joven) que se leyó todos los libros de la biblioteca sin importar de qué trataban, segundo, esa chica tiene memoria eidética y puede reescribir la biblioteca entera. Entiendo que se quiere dar un mensaje sobre que cada persona puede ser útil para los demás si aprende a ofrecer su talento, y no es nada tan grave por el tono generalmente cómico del episodio, pero sigue siendo una resolución altamente conveniente para un conflicto orgánico.
-Las motivaciones de Tucker son demasiado débiles para todo lo que desencadena. Y el doctor del diente de oro es muy plano y caricaturesco, pronuncia algunas reflexiones pero nunca pasa de lo superficial. Ambos chocan con la madurez del resto de la serie, no como Kimblee o Barry el carnicero, que aún siendo psicópatas están mejor manejados.
-La idea de que se pueden gastar “años de vida” para hacer transmutación humana sencilla sin que esto tenga efectos en la salud del alquimista sólo se presenta cuando Edward está por morir y no se vuelve a mencionar.
-La resolución de Kimblee hace que los poderes de Pride queden algo ridículos, pues habiéndose establecido que las almas son comprimidas a energía e información, resulta que si eres lo suficientemente anormal puedes mantener tu individualidad y seguir teniendo influencia en ese estado.
-Por último está lo de los Sacrificios, la parte más ambigua del plan de Father. Ok, Father necesitaba cinco personas que hayan hecho transmutación humana. Entiendo que les resulte más fácil dejarlos libres con la esperanza de poder detener sus planes para que no dejen el país antes que encerrarlos y garantizarles que sus vidas sólo sirven para destruirlo. Pero luego resulta que pueden obligar a alguien a hacer transmutación humana. ¿Entonces no pueden crear los sacrificios que hagan falta? ¿Por qué debían dejar a los hermanos Elric vivos tantas veces? Dan a entender que sólo algunos alquimistas pueden hacer transmutación humana, ¿pero qué hay tan único en la transmutación humana que un alquimista especializado en combustión como Roy puede hacer pero alquimistas como Armstrong o Basque Grand no pueden? Esto es especialmente molesto cuando se quiere armar tensión sobre si Roy hará o no la transmutación para salvar a Riza, cuando eso termina sin importar.

Ninguno de estos problemas quita que Fullmetal Alchemist es una de las obras con mayor valor artístico que he conocido, sabiendo cargar con el appeal de un shonen de acción que la hace accesible y entretenida para todo tipo de públicos, sin por eso perder el mérito de ser una obra maestra del arte narrativo, aunque no sea perfecta.


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Le nozze di Figaro: The marriage of Figaro, a comic opera in four acts, (Metropolitan opera libretto) review

Posted : 2 years, 10 months ago on 24 May 2021 09:00 (A review of Le nozze di Figaro: The marriage of Figaro, a comic opera in four acts, (Metropolitan opera libretto))

Reseñar una ópera resultó más complicado de lo que esperaba, no sólo hay que ver su lugar en su contexto histórico, también es cosa de distinguir cuánto de lo que ves es mérito del libreto y cuánto depende de una representación particular, y por sobre todo uno debe tener en mente que a diferencia de un musical de cine donde las canciones se insertan como forma de exposición o para modificar el ritmo de la trama, acá la música toma prioridad. Como en un poema, su mérito depende más de cómo se describen los sentimientos y eventos con los que se puede simpatizar más que en el ingenio de la trama o en la profundidad con la que explora sus temas. Criticar una ópera debería ser como criticar una extensa canción.

Eso no es lo que voy a hacer, porque por más exquisita que sea la música, incluso la música de ese tal Wolfgang Amadeus Mozart, no alcanza para crear una obra maestra desde el punto de vista narrativo.

"Las bodas de Fígaro" es una sátira social y una comedia de malentendidos; los personajes conspiran unos contra otros como ya era típico unos siglos antes en el teatro isabelino, pero las cosas se salen de control y terminan arriesgando sus relaciones matrimoniales y su respeto por el sexo opuesto. Esto se maneja de manera humorística haciendo chocar personajes llenos de personalidad, el optimista y astuto Fígaro que pierde la fe en las mujeres cuando cree que Susana lo engaña, el orgulloso Conde de Almaviva que tiene que soportar a todos alrededor suyo estén conspirando, el inseguro Cherubino que sólo puede mostrar expresarse cuando se trata de amor, la pícara Susanna y la melancólica Condesa Rosina; verlos cantando con música tan expresiva, mientras pasan de una situación ridícula a otra, y con la personalidad de cada uno siendo tan esencial para su rol en la trama, es muy divertido.
Sin lugar a dudas, la parte más cómica (Y que me hizo reír a carcajadas) es "Non più andrai, farfallone amoroso" donde, cuando todos creemos que Fígaro tiene algún plan para que Cherubino no tenga que ir a la legión, nos sorprende verlo entusiasmado con la idea y describiendo alegremente un cambio personal que para el joven suena como una pesadilla.
Pero la disfrutabilidad de esta experiencia también es mérito de su relativa complejidad: Maneja a la vez tres tramas, de las que muchos personajes llegan a estar juntos sobre el escenario cantando, no en coro, sino manteniendo a sus distintos personajes conglomerados en voces enfrentadas entre ellas. Así, “Esci omai, garzon malnato” termina siendo lo más subversivo de la obra.

El plantear la restauración del derecho de pernada como obstáculo inicial para la pareja protagónica sólo sirve para alabar una tendencia preexistente a la limitación del poder nobiliario. Más allá de las muestras de frivolidad e infidelidad entre la gente del palacio, la carga política de la ópera queda en la burla inherente a que los siervos se la pasen exhibiendo su astucia en contra del más noble del lugar. Además de ser superficial, tampoco tiene comentarios tan explícitos como la obra original de Beaumarchais. Hecho de manera jocosa, un trabajo de este tipo puede contribuir a normalizar el sentimiento de que los nobles no merecen sus privilegios innatos, pero apenas es un atisbo de los profundos cambios sociales que se avecinaban.

El verdadero enfoque de esta historia está en el conflicto pasional entre los sexos: El amor entre un hombre y una mujer se muestra como algo digno de defender, en lo que el capricho de un noble no debe interponerse, pero también es algo que puede desvanecerse con el tiempo, y sus bases sólidas, si es que las tuvo alguna vez, no se perciben. Una vez que se pierde esa confianza ¿puede volver a ser lo de antes? Con Fígaro y Susanna parece que sí, pues el enojo de cada uno con el otro resulta provenir de malentendidos, instantes que engañan a la débil razón para sacar a la superficie dudas que normalmente ignoran, ¿pero qué hay del Conde? ¿Realmente se arrepiente o sólo busca enmendar su imagen pública? Así la cuestión queda abierta, pues sólo puede ser resuelta en la intimidad de la casa.

Dicho esto, si su objetivo es celebrar una nueva tendencia en el matrimonio, el matrimonio liberal en el que el amor honesto triunfa sobre los derechos del cargo, la sangre y el dinero, es extraño que el necesitar la autorización de sus padres sea lo que salve a Fígaro de casarse con Marcelina.
Lo que me lleva a otro asunto: Una de las tramas principales se resuelve de la nada gracias a que Fígaro descubre que es el hijo perdido de Marcelina y don Bartolo. Incluso si interpretamos la música para creer que esa historia es una invención de Fígaro (Porque realmente no sabemos mucho de ningún personaje), no se dio ningún indicio previamente de que él pudiese crear esa mentira a partir del pasado de Marcelina.
Esto es cómico, sí, quizás más cómico que resolver el conflicto con un error en la escritura del contrato y un pago por parte de Susanna, pero sigue siendo una conveniencia, le resta valor a la complejidad de la historia y evita la posibilidad de que sea una obra maestra incluso como comedia, porque el humor se interpone en la trama.

Pero incluso ignorando aquello, la ópera sí llega a sentirse muy lenta a partir del segundo acto (Demasiado, ya que Cherubino ni siquiera hace nada al final de la historia), y tampoco nos acercamos a la profundidad filosófica o psicológica que obras maestras del teatro como Edipo Rey y Hamlet llegaron a tener. Al final lo que importa es que el público pase un buen rato y la música los toque, que se les peguen las canciones y enaltezcan los nombres de los autores. Si eso fuese todo lo que puede hacer la Ópera Bufa, Mozart y da Ponte lo cumplieron extraordinariamente, "Las bodas de Fígaro" no tiene de qué avergonzarse… Pero su valor literario se encuentra mayormente en su peso cultural.


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La más grande odisea

Posted : 3 years, 2 months ago on 4 January 2021 03:00 (A review of One Piece)

Mi cuenta de Listal cumple dos años y el manga al que le debo mi nombre de usuario alcanzó los 1000 capítulos, ocasión perfecta para hacerle una reseña:

Se puede hablar incansablemente sobre todo lo que hace sobresalir a One Piece.
Eiichiro Oda aprovecha la historia de un joven pirata en busca de un tesoro y lo usa de excusa para explorar un mundo enorme, con muchos personajes distintos con diseños únicos, con una enorme diversidad de entornos unidos por una lógica interna, tomando inspiración de cientas de historias de distintas culturas, eventos históricos y géneros literarios, todo puesto en orden para crear el shonen de peleas más importante de las últimas décadas.

Cada arco de One Piece te garantiza lo que encontrarías en otros nekketsu pero hecho de forma mejor que el promedio: Personajes con personalidades atractivas, choques entre filosofías con extremos contrastes, poderes creativos de todo tipo, batallas visualmente interesantes, giros de tuerca que pueden volarte la cabeza, grandes momentos cómicos, grandes momentos dramáticos, poderosos diálogos emotivos e inspiradores, victorias de lo más satisfactorias contra enemigos que parecían invencibles.
Y One Piece le gana a cualquier long runner en cuanto a anticipar eventos, planear sagas, presentar personajes con anterioridad, crear hype con las resoluciones que promete, causar interés instantáneo por personajes antes de conocer su pasado u objetivos, y construir un mundo que existe mucho más allá de lo que la historia necesita, pues todos los personajes y lugares tienen un pasado y un futuro independientemente de los protagonistas.
Y uno también podría decir que es la antítesis de Dragon Ball en cuando a darle algo que hacer a todos sus personajes, y aunque esto no es tan meritorio si la mitad del tiempo su aporte es derrotar enemigos que sólo existen para pelear contra ellos, lo que llega a un nivel descomunal en el Nuevo Mundo con montones de peleadores en cada bando, Oda suele darle cierto peso a cada batalla con algo que ganar en cada una, sea conseguir una llave, defender a un prisionero o destruir un edificio.

Pero One Piece no es tanto sobre las peleas como lo es sobre la aventura: Cuando uno ve el mapa de One Piece nota lo inteligente que fue Oda para crear un mundo que puede explotar de miles de formas. No necesita planear una geografía ni un ecosistema específico, y puede inventar todas las islas que quiera (Y un montón de organizaciones) entre una punta del Red Line y la otra, para alargar la historia todo lo que quiera con la excusa de que así está estructurado el mundo.

Por su estructura One Piece abarca incontables mensajes: Atreverte a seguir tu sueño, defender tu honor, ayudar a otros, ser fiel a tus principios, no sobreestimar el dinero ni subestimar el cariño que te tengan otros, estar dispuesto a correr riesgos por tus ambiciones y aceptar sus consecuencias, que la familia no es sólo biológica, que la muerte no es sólo física, que una nación es más que una tierra, que algunas personas pueden impactar a las generaciones futuras y así transmitir sus deseos, y que con ello también vienen conflictos que pueden durar siglos, que no importa de donde vengas sino lo que hagas con ello, pero a la vez no puedes escapar totalmente de tu pasado, que la masculinidad no es sobre tener fama y mujeres, que la concepción general de “Justicia” dependerá de tu entorno y siempre serás subordinado a la verdad de alguien más poderoso a no ser que encuentres tu propia verdad y tengas la fuerza para mantenerla...
Todo enmarcado en la idea constante de expresar tu libertad de decidir quién eres y que no importa lo oscura que parezca la situación, uno no debe rendirse ni perder la esperanza porque siempre habrá lugar para un nuevo Amanecer. Es básicamente el ideal de "Nunca rendirse ante la adversidad" típico del nekketsu pero explorado en una variedad de perspectivas y en distintas escalas a un nivel nunca visto antes o después.
Tener tantas historias en un mismo mundo abre paso para que el espectador reflexione sobre las relaciones entre tantas ideas y desarrolle una cosmovisión acerca de las miles de fuerzas en conflicto que definen el mundo real, las divisiones sociales y la diversidad de ideologías. Ese es el valor artístico que conlleva un mundo tan extenso, aún si ninguno de estos arcos por sí solo tiene la profundidad temática del Arco de las Hormigas Quimera ni es una historia tan redonda y completa como Fullmetal Alchemist.

Esto no quita que la crítica social de la serie está sobrevalorada. Es imposible tomarse en serio el drama político cuando las motivaciones y la historia de uno de los bandos están escondidas tras el misterio más grande de la serie, y aún peor es cuando una clase social entera es una caricatura muy extrema del clasismo, la discriminación, el nepotismo y la endogamia. En general One Piece es muy consistente con su estilo caricaturesco que exagera todos los aspectos posibles de la humanidad, hasta el punto que no es tan sorprendente que un carpintero reconstruya su propio cuerpo con basura estando moribundo, pues te acostumbras a aceptar el drama dentro de la lógica interna de la historia. Pero que Oda intente hacer trágico que un montón de nobles deformes quemen vivas a montones de personas junto a un basurero en las fronteras de su reino mientras ríen malévolamente con la lógica de "Si no querían morir deberían haber nacido nobles" es jodidamente ridículo y evidencia por qué al hacer un mundo cohesivo uno no debería usar lógica de fábulas infantiles si también quiere tratar problemas políticos reales.
De esta manera One Piece post-Marineford cae en lo pretencioso. La discriminación racial que apenas apareció en East Blue ahora cobra más importancia en Gyojin Island, y parece que será esencial para el final de la serie. Oda intenta hacer al conflicto neutral mostrando la discriminación como algo mutuo, pero termina victimizando a los Gyojin porque no sabemos por qué el Gobierno Mundial inició la discriminación contra ellos, ni tiene sentido que los Gyojin, siendo tan claramente superiores a los humanos físicamente, no hayan dominado el mundo antes que los humanos y no sean ellos quienes esclavizan a los humanos, en lugar de ser forzados a permanecer en el fondo del mar. Estoy seguro que habrá una explicación eventualmente, pero en el arco de Gyojin Island el misterio impide que el drama político sea realista. Esto mismo impide que eventos como el genocidio de Ohara o la cacería en busca del hijo de Roger reflejen un conflicto de moralidad gris, pues no sabemos lo que hay en juego.
Hablando de moralidad gris, rara vez la serie aprovecha el contraste entre monarquías, democracias y teocracias, y lo único que hace con los sistemas de gobierno es repetir una y otra vez la dualidad a lo Robin Hood de “Rey virtuoso VS Rey malvado”, lo que también dice bastante de sus villanos.

El más grave problema que arruina el mundo es el abuso de conveniencias sin las cuales no se sostendrían muchos de sus mensajes. Una cosa es que la llegada de Luffy sea el incidente incitante que lleva a Koby a unirse a la Marina o que los impuestos de Arlong sean una ironía del destino que pone a prueba el amor de Bellemere por sus hijas, y otra cosa es que los Mugiwara lleguen a Skypiea justo antes de que Enel destruya la isla o que Kin'emon llegue al inicio del Nuevo Mundo justo a tiempo para encontrarse con Luffy y cumplir la profecía, casos así se dan todo el tiempo. Cuanto más importancia le da la serie al leitmotif del Amanecer, más criticables son las conveniencias que en un principio eran una excusa para iniciar conflicto, y ahora es el universo poniéndose de acuerdo para convertir a Luffy en un héroe y forzar sus mensajes esperanzadores.
Uno sólo puede imaginar que todas las naciones del Grand Line están constantemente pasando por eventos de gran importancia mientras son visitadas por piratas, porque la densidad de eventos y el aumento de poder que sufren los Mugiwara en los meses que llevan viajando parece en exceso desproporcionado.
Es absurdo que siempre que Kuro, Crocodile, Enel, Moriah o Hody Jones llevan años desarrollando sus planes, el pirata adecuado llegue en el momento adecuado para detenerlos, hace un terrible trabajo en convencerme de que el bien tienda a triunfar o que hacer cosas "a la manera correcta" es más meritorio, y en su lugar termino simpatizando con los villanos que buscaron cumplir sus objetivos de manera más intelectual en un mundo feroz, pero fracasan porque el Destino fue una pija con ellos.
Puede que las conveniencias más insultantes son esos momentos en los que personajes como Dragon o Kuma deciden ayudar a los protagonistas al último momento, porque Oda se los saca de la manga sin justificación previa, porque las motivaciones de esos personajes, con la excusa de ser un misterio, pueden mantenerse ocultas por cientos de capítulos. Y los fans, que necesitan los misterios para tener de qué hablar a lo largo de los años, aceptarán cualquier deus ex machina siempre que Oda (tarde o temprano) le dé una explicación retroactivamente.
Por más partes móviles que tenga el mundo, no importa si sos un Shichibukai, un Yonko, un dios o un samurái que quiere vengar a su maestro, si ibas a ejecutar tu plan 22 o 24 años después de la ejecución de Roger, siempre tendrás un rol secundario comparado a Mugiwara Luffy y sus amigos, con la única excepción (Por ahora) de Kurohige. One Piece se queda corto ante mundos más realistas en los que verdaderamente no hay un protagonista y el Destino puede ser una pija con cualquiera, como Eden: It's an Endless World.

Y se repite demasiado la fórmula de "Llegamos a Isla, la tripulación se separa, conocemos cultura y territorio de Isla, hay un villano principal con un grupo de lacayos y un pueblo oprimido por el que debemos estar tristes, después de varios giros y desventuras, los héroes tienen batallas individuales contra los villanos hasta que Luffy derrota al villano principal exhibiendo algún nuevo poder, exponiendo así las falsedades de su narrativa.", por más entretenidas o ingeniosas que sean las batallas, por más bizarra que sea la isla, por más tristes que sean los flashbacks de los personajes, por más que haya cien guerreros luchando contra el enemigo común o por más que haya islas siendo levantadas por los aires, es imposible no desarrollar cierta apatía si sabemos que al final todos saldrán intactos, dejaremos la isla y a la mayoría de los personajes atrás y empezaremos una nueva aventura, nadie habrá muerto, nadie habrá perdido nada, y nadie habrá cumplido su sueño, aún tras 1000 capítulos.
Todos los cambios por los que se nos dice que pasa el mundo tras las acciones de los Mugiwara se sienten vacíos si el autor no se atreve a que con cada logro también haya una pérdida. Cuando Luffy pierde miembros de su tripulación en Water Seven estos terminan volviendo + un carpintero. Cuando son derrotados por Kuma en realidad les está dando una oportunidad única para entrenar antes de terminar su speedrun del Grand Line. Cuando Luffy pierde a su hermano termina encontrando a otro hermano de la misma edad, con los mismos poderes y que cumple un rol similar en el mundo. ¿Por qué armar todo un drama sobre la bomba de Crocodile si Pell sobrevivirá de todas formas? ¿Por qué los ataques de Enel no matan a un solo personaje con nombre? ¿Cómo es que nadie de los Mugiwara, de Galley-La ni de la Franky Family vuelve de Enies Lobby con un daño permanente? ¿Con qué necesidad todas las armas mortales de Caesar dejan vivos tanto a los marinos como a los minks al final de cada arco? Y que un personaje diga lo que lleva en el corazón sin arrepentimiento aún sabiendo que están por morir pierde la gracia si CADA VEZ algo los salva de último minuto. Tras tantos arcos las muertes de Ace, Shirohige y Pedro no son suficiente para que uno sienta tensión por la posibilidad de que muera algún personaje que conozcamos por mucho tiempo.

La mejor tragedia en el presente de la historia pudo ser la muerte de Merry, pero luego de haber hecho un excelente drama en torno al significado que Merry tiene para la tripulación y el conflicto que genera entre ellos, Oda hace que el Merry tenga voluntad propia y sea un personaje por sí mismo, un personaje que apenas llegamos a conocer y que termina siendo más distrayente por lo conveniente que resulta su llegada al final del arco.

No sólo eso, como la historia se satura con las mismas fórmulas, toda la innovación y el ingenio presentes en los inicios se hacen menos efectivos con cada arco que pasa. Pienso que hay que ser muy fanático o muy estúpido para que en Dressrosa o Wano te impresione que Oda haga lo mismo que en Alabasta o Skypiea pero a mayor escala.

Siendo justos, no es del todo cierto decir que estas sagas sean iguales. Alabasta es una historia personal sobre la amistad en la que la historia del país es secundaria, Dressrosa le da mucha más importancia a la historia del reino en sí y su lugar en el mundo, y Wano es un festival de peleas que prueba a Luffy como un candidato a Rey Pirata y prueba si tiene lo necesario para mantener unidas a las potencias que servirán en la guerra que se avecina, dando inicio a la curva final de la serie. El enfoque es siempre distinto. Pero la estructura es la misma.
Y que estos arcos existan para dar lugar a arcos futuros más importantes no justifica que sean tan formulaicos ni tan largos, porque siendo largos sólo inflan artificialmente el sentimiento de crecimiento en los logros de los personajes.

Aún si uno quiere analizar cada arco en profundidad, no importa cuánto uno analice cómo Dressrosa habla del amor, cómo Skypiea introduce la idea de "Ser enemigo de Dios", que si los poderes de cada personaje reflejan su forma de ser, o si Vivi le enseñó a Luffy a liderar y ahora él le enseña a Momonosuke, cuál es el punto si la mayoría nunca se elabora ni muestra consecuencias en el resto de la historia a largo plazo.
Por otra parte, referencias como las bases budistas en el estilo de pelea de Zoro o la estructura de teatro kabuki en Wano son sólo toques estéticos que no significan nada para la historia.

Además, las alabanzas que se le hacen al mundo por detalles como la comida de cada isla o que el Haki del Rey fue insinuado desde el capítulo 1, palidecen ante detalles más importantes como que ni Crocodile ni Ace hayan desarrollado alguna forma de Haki antes de Marineford, que Chopper sea el único en el mundo que inventó drogas para manipular su Akuma no Mi o que Ace nunca escuchó sobre el segundo miembro más importante de los Revolucionarios.

Al menos si los personajes tuvieran un desarrollo proporcional a su tiempo en pantalla la decadencia de la serie sería más discreta, pero en eso tampoco cumple. Por más que me guste la psicología de cada personaje y la dinámica interna del grupo, es difícil no cansarse de convivir con ellos por tantos capítulos.
Luffy es una versión mucho más consistente de Goku, haciendo su idiotez aún más cómica y potenciando su corazón puro y su fuerza de voluntad al punto que la forma en que inspira al resto de los personajes se hace muy contagiosa, y es imposible verlo sin pensar "Si Luffy se atreve a saltar al peligro sin miedo para cumplir sus ambiciones, ¿por qué yo no?". Pero una vez más, esto pierde la gracia si el universo constantemente se pone de su lado. Su imprudencia sólo es tolerable porque tiene una habilidad sobrenatural para distinguir a la gente buena de la mala por su primera impresión y siempre se las arregla para hacer enormes aliados, y cuando notas esto sólo queda un personaje carismático pero simplón que rara vez aprende algo a lo largo del viaje. Su conclusión de cómo resolver sus problemas cuando Sabo "murió" fue "hacerse más fuerte", y ahora en Wano, aún tras los fracasos de Sabaody y Marineford, sigue guiándose por la misma lógica, porque se saldrá con la suya al final. Si ni siquiera Luffy cambia su perspectiva del mundo con la muerte de Ace, ¿por qué lo haríamos nosotros, que somos conscientes de la mano del autor?
Los mejores momentos de Zoro son cuando ejerce su rol como mano derecha de Luffy, pero la mayor parte del tiempo se dedica a pelear… Y sus peleas consisten en hacer cosas cada vez más exageradas mediante la física mágica de la serie, lo cual se ve cool pero como nunca presenta consecuencias palpables es lo mismo que verlo subir su nivel de pelea porque la trama lo requiere.
Las peleas de Nami son igual de mágicas y sin sentido, pero ella al menos tiene un rol mayor como líder del grupo cuando hace falta usar el cerebro. Aún siendo quizás quien está mejor manejada en su arco introductorio, deja de tener desarrollo, se mantiene estática tras múltiples experiencias cercanas a la muerte y se queda como una máquina de merchandising cuyo cuerpo ejemplifica que, salvo por mujeres cómicamente deformes, todas en la serie quedan con las mismas proporciones exageradas que reflejan la mentalidad de puberto del autor. Nami es de los pocos casos en los que su pasado y su personalidad pícara justifican la ropa tan provocativa que viste.
Que Usopp volviese a la tripulación al final de Water Seven no estaría mal si además de fortalecer su respeto hacia Luffy hubiese aprendido a valorar su lugar en el grupo y si ya no actuase como si el resto lo viesen de menos, pero en Thriller Bark ya se ve que sigue autodespreciándose, y post timeskip, aún tras obtener nuevos poderes y cambiar físicamente, sigue siendo el mismo cobarde que sólo se arriesga cuando está contra la esquina.
Sanji es quien más sufrió por el timeskip, dejándose de lado su aspecto caballeroso, cool e inteligente para sobreexplotar su lado pervertido al punto que se hace hasta molesto que ese humor se repita tanto en cada arco. Y Whole Cake Island sólo lo hace ver más estúpido, pues no tiene sentido que habiendo estado presente durante Arlong Park y Enies Lobby crea que Luffy lo fuese a dejar irse sin más. Básicamente actúa en contra de su voluntad casi todo el arco y no aprende nada, y como ni siquiera le dejan preservar su compromiso al final, tanto su comportamiento como su relación con el resto de la tripulación vuelven al status quo. Y no puedo simpatizar con el drama en torno a su familia si son todos tan planos, Sanji es tan estúpido y todo se siente tan insignificante ante la guerra de Emperadores que se está desencadenando.
Chopper es adorable y es un médico. Lo más destacable que tiene es su flashback. El Monster Point pudo traer algo interesante a su personaje, pero es desperdiciado cuando Chopper aprende a controlarlo fuera de pantalla. No aprende nada de sus conflictos como médico y tampoco hace nada que lo acerque a su sueño.
Robin es quien tiene el desarrollo más sutil y constante entre Alabasta y Sabaody, pero vuelve del timeskip como un personaje muy distinto, más soft y quirky, una Robin de la que no se vio nada antes del timeskip y que no tiene sentido se haya desarrollado así estando con los Revolucionarios. Su imagen madura que contrasta con el resto de la tripulación ya no es tan marcada, y en su lugar no aporta más que como una herramienta gracias a sus poderes y una ficha que algunos villanos quieren conseguir.
Al final los que quedan mejor parados son personajes como Vivi, Ace, Noland, Calgara, Fisher Tiger, Corazón o Katakuri, los que aparecen en un arco, conocemos sus objetivos, evolucionan y superan sus propios desafíos hasta tener una catarsis propia, para que luego la historia los deje atrás y sólo los veamos de vez en cuando.
Luego hay personajes recurrentes con un conflicto propio, que muestran cierto progreso cada vez que aparecen pero aún no tienen una conclusión satisfactoria, como Garp, Smoker y Tashigi.
Además se aprovechan muchos personajes que parecen salidos de mitos clásicos, como Chouchou, Gaimon, Zeff, Laboon, la guardia Tsumegeri, Nico Olvia, Squard u Otohime. Personajes muy simples psicológicamente que pueden conmover al espectador con pocas acciones que ejemplifican su carácter (Oden es el caso más complejo).
No todos son igual de efectivos, pero contrario a los Mugiwara, todos estos personajes están beneficiados por aparecer poco tiempo.

Me gusta hacer la analogía con el Legendarium de Tolkien. One Piece es como si Tolkien hubiese escrito un solo libro sobre "Cómo Gandalf se vuelve el mago más poderoso" en el que cuenta todas las historias de El Silmarillion, La caída de Gondolin, El Hobbit, El Señor de los Anillos, etc (O como si la Infinity Saga del MCU estuviese enumerada de “Iron Man” a “Iron Man 22” y en lugar de películas del Capitán América tuviésemos “Iron Man 5” donde Tony se involucra en el descubrimiento del Capitán, tenemos un flashback de la WWII y ambos derrotan juntos al hijo de Red Skull). Pero Tolkien sabía que Gandalf no funcionaba como protagonista principal, y que no hace falta circunscribir todo el mundo a la historia de un personaje. Oda pudo haber hecho algo similar al Legendarium o a Gundam, puesto que Vivi, Law, Oden, etc, todos podrían ser protagonistas de sus propias historias en el mismo mundo, y no tendría que limitarse a tener siempre a los Mugiwara incitando la resolución de cada conflicto, ni a resolver todo con peleas. Y no es lo mismo leer una historia de piratas explorando una isla en el cielo que está conectada a otras historias, que leer una historia sobre encontrar un tesoro que es constantemente interrumpida para explorar una isla alejada de todo, jugar en competencias contra otros piratas y liberar países a diestra y siniestra.
La estructura del mundo le sirve a Oda para meter ideas de todos los mangas que le gustaría escribir si no estuviese haciendo One Piece, y por eso en cierta forma sólo está expandiendo el mundo hasta que eventualmente conozcamos lo suficiente para entender lo que hay en Laugh Tale, mientras los Mugiwara se hacen más fuertes e infames.

En resumen One Piece está compuesto por cientos de elementos que por sí solos pueden ser muy interesantes, pero estos no están enlazados de una manera orgánica que los haga importantes y necesarios para el resto de la historia. Y esto sirve si buscas una recopilación de aventuras como La Odisea o Viaje al Oeste, narrada de una manera mil veces más entretenida y cautivadora para un público actual; pero falla en ese sentido porque desde Enies Lobby todo se resuelve con los personajes consiguiendo algún nuevo poder. Y si al contrario lo ves esperando una trama lineal con un propósito a largo plazo, interesado en los sueños de los protagonistas, el misterio y los dilemas sociales, no se pueden justificar tantos arcos.

One Piece no es tan distinto de series a lo Sailor Moon, una serie episódica que sigue la fórmula del grupo de protagonistas ayudando a un personaje distinto cada episodio mientras enfrentan al villano de la semana, y la trama es el efecto secundario de que se necesita una premisa de la que partan esos episodios, obteniéndose con cada episodio algo que nos acerca más a la conclusión. Pero mientras cada episodio de Sailor Moon, que puede ser poco interesante o muy entretenido, dura sólo 20 minutos, cada "episodio" de One Piece es un arco entero. Por eso tras la apatía que me generó la historia entre Gyojin Island y Dressrosa, entendí que a muchos fans les conviene leer el manga como un deporte, leerlo para ver qué pase hará cada jugador esta semana, quién será el que meta el próximo gol y quién entrará al mundial, para luego comentarlo con amigos y esperar al próximo partido, sin exigir nada nuevo realmente. Así es como muchos ven el shonen moderno, y One Piece es, por preservar cierta consistencia con las virtudes que mencioné en un inicio, de lo mejor que el género tiene para ofrecer hoy día, aún si sacrificó el contar una buena historia a cambio de incluir un poco de todo.

Que los personajes tengan power ups de vez en cuando que siguen la lógica del mundo es preferible a que sean dejados de lado por personajes más experimentados como en Naruto y Bleach. Es preferible que cada villano se plantee con anticipación a que cada arco sea algo totalmente nuevo como Dragon Ball. Es preferible que los héroes consigan la ayuda de aliados más poderosos a que sea el propio poder de la amistad lo que les da un subidón de energía como en Fairy Tail, y que los protagonistas se desarrollen un poco cada 500 capítulos mientras se introducen más personajes con arcos cortos es preferible a que todos se mantengan igual. Y ver piratas que desafían el status quo y se imponen ante la competencia siempre será preferible a zoomers a los que les dan cosas gratis como en Boku no Hero Academia.

Por otro lado.
Si quieres ver héroes viajando por ahí haciendo amigos y preparándose para una gran guerra mientras revelan los secretos de un siniestro gobierno a disposición de un individuo cubierto en sombras, Fullmetal Alchemist lo hace de forma mucho más verosímil en mucho menos tiempo y a mucho menor escala.
Si quieres ver a un protagonista ayudando a otros mientras se hace más fuerte guiado por deseos personales, en un mundo con decenas de partes interconectadas en una cronología detallada y donde el tamaño de los eventos escala a niveles desorbitantes, ya existe Battle Angel Alita.

Pero One Piece sigue siendo tan único por todo lo que intenta a la vez que es difícil clasificarlo, y al contrario de Naruto, aún le falta traicionar las virtudes que lo hicieron bueno en primer lugar:
La idea del underdog que sigue su sueño en contra de todas las probabilidades desapareció hace mucho. Desde el prólogo se fue haciendo más claro que Oda está cómodo haciendo una épica sobre un ídolo que va por ahí haciendo milagros y consiguiendo seguidores, similar a Los 12 trabajos de Hércules (O Berserk hasta cierto punto), se evidencia que no estamos viendo más que un Desastre natural creado por el Destino para cumplir cierto propósito, pero aún falta que Luffy reconozca y enfrente lo que el Destino le tiene preparado. Cuando ese momento llegue, si su rol como heredero de la Voluntad de D. pesa más que su propia voluntad como individuo (en lugar de rebelarse contra el destino como hizo Hokuto Kenshiro), se habrá perdido la oportunidad de que Luffy sea más que un Elegido.
Cuando los conflictos preestablecidos sean relegados por giros salidos de la nada que no aporten nada nuevo, o cuando promueva mensajes de tolerancia a niveles enfermizos, o cuando los personajes principales ya no tengan relevancia frente a las acciones de las leyendas vivientes que los rodean, One Piece se habrá terminado de arruinar.
Pero ni eso le quitará a Oda el mérito de todo lo que hizo bien a lo largo de los años.


Edit: Apéndice sobre el Destino (Post 1066):


Revisando de nuevo la historia, y considerando los desarrollos recientes, me veo obligado a admitir que simplifiqué demasiado cómo One Piece maneja el Destino:


Partamos de lo sucedido en Loguetown:

Que un rayo haya caído en el momento exacto para salvar a Luffy, o que Dragon haya aparecido en el momento exacto, no significa necesariamente que Luffy esté destinado a cumplir su sueño, en el sentido de que no es inevitable que Luffy lo cumpla.

En la Gran Era de los Piratas hay cientos de piratas que parten al mar con grandes sueños, muchos son detenidos antes de llegar al Grand Line. Si Luffy fuese uno de esos piratas, no sería el protagonista de la historia, porque es la historia del pirata que tiene la suma necesaria de Poder, Mentalidad, Conexiones y Suerte para volverse el nuevo Joy Boy. Que este nuevo Joy Boy exista es una cuestión de probabilidad, es natural que exista gente sobresaliente cono Roger, Ace, Teatch y Luffy que llegan extremadamente cerca de cumplir aquel objetivo, pero sólo uno seguirá el camino correcto en el momento correcto. Sin embargo, es la seguridad con la que Luffy avanza hacia su sueño, la impresión que genera en los demás, la fama de su nombre completo, la suerte (En cierta forma realista pero que Oda exagera demasiado) con la que su camino se abre, lo que crea la ilusión de que está siguiendo un Destino fijo; Roger y Ace también generaban esa ilusión, pero es sólo eso, una impresión, como Napoleón visto por los ojos de Hegel.

Que situaciones de tensión que la historia se tomó su tiempo en construir se resuelvan por algo que está fuera del control de los personajes ES una conveniencia, y ES un problema para la tensión, pero no es nada tan definitivo como que el Destino del protagonista esté determinado. Nada de esto por sí sólo anula el libre albedrío de Luffy, y no anula la tensión más allá de cuanto desafía la credibilidad del lector.

Lo que hace la serie con esto es expresar una filosofía sobre el Destino como algo que uno mismo crea: Si realmente crees en tu propósito y estás determinado a luchar por él, maximizas las posibilidades de que lo cumplas.

Pero más importante: Si eres una persona buena, que cree en algo correcto y no abusa de su poder para hacer mal a otros, puedes abrir las puertas a otros para que luchen por su sueño también. Así, incluso si fracasas, porque deseos correctos y voluntad suficiente no lo son todo, abres paso para que otra buena persona logre cumplir lo que tú no pudiste. Esa es la Voluntad Heredada.


Entender esto es clave para no prejuzgar cómo funciona el retorno de Joy Boy.

Sabemos que los reyes marinos esperan que un nuevo Joy Boy aparezca para cumplir la promesa que se hizo hace 800 años. Sabemos que ellos, al igual que Lady Toki, confiaban en que aparecería en esta época exacta.

Esto no significa que la existencia de Luffy esté literalmente profetizada, como si en el Siglo Vacío hubiesen visto el futuro o alguien hubiera viajado en el tiempo para revelar lo que iba a pasar. Tiene sentido que al ver que el Gobierno Mundial triunfa y se dispone a establecer las instituciones abusivas que ahora controlan el mundo, la gente del Siglo Vacío haya podido predecir que en todas partes del mundo y a través del tiempo hubiese gente que se resistiera. A la vez, la existencia de los Poneglyphs, Wano, Zou, las armas ancestrales, la Voluntad de D. y lo que haya en Laugh Tale demuestran que tomaron medidas para garantizar que la gente del futuro tenga la oportunidad de cumplir la promesa de Joy Boy.

Los del Siglo Vacío sabían en qué año tenía que retornar Joy Boy, por la condición del nacimiento de Shirahoshi y quizás por otro motivo que no conocemos, y tiene sentido que Oden, habiendo viajado por el mundo y conociendo la muerte de Roger, pueda estar seguro de que el nuevo Joy Boy llegará en el momento adecuado. Esto no tiene nada que ver con profecías mágicas que hagan al futuro inevitable.


Los temas del Eterno Retorno que Naruto quizo incluir con la reencarnación de los Osutsukis y la profecía de Jiraiya, One Piece los está desarrollando de manera que no elimina la tensión, el drama o la credibilidad sino que se mantiene, si bien no del todo realista, al menos como un drama sumamente conmovedor.

Que Luffy tenga la misma fruta que el Joy Boy del Siglo Vacío no cambia nada de esto, solamente carga valor simbólico (al igual que el que su nombre sea Luffy/Laughy).

Claro, el Gorosei dice que la Gomu Gomu no Mi tiene una voluntad propia, pero eso no significa que haya viajado hasta Luffy porque él era especial desde el inicio, porque el manga muestra explícitamente que lo que el Gorosei interpreta como "la voluntad de la fruta" sólo se puede expresar mediante la causalidad: Pasó de mano en mano, nunca pudiendo ser recuperada por el Gobierno, hasta que la robó alguien que posiblemente sepa su valor, y ahora la tiene un Yonko con la "D." en el nombre, quien la comió porque estaba hambriento. Nada que ver con el Tot Musica de Film: Red que vuela desde el sótano de un castillo hasta la cima de la torre para encontrar a un usuario que lo pueda usar sólo porque la trama requiere que eso pase.

A lo mucho la podemos considerar otra de las garantías que prepararon los del Siglo Vacío con la esperanza de que alguien que la pueda despertar aparezca a tiempo.

También es estúpido creer que la fruta tomó control de Luffy en base a esa línea, dado que Luffy se mantiene consistente antes y después de comerla y sus objetivos siempre estuvieron justificados por su trasfondo. Tanto Luffy como la fruta se mantienen sometidos a leyes de causalidad, y como el libre albedrío sólo puede existir dentro de la causalidad, esto no se contradice con los temas centrales de la serie.


Por último debo tratar la profecía de Madam Shyarly.

Tiene una visión de Luffy destruyendo la Isla Gyojin, pero en el mismo arco se abre la posibilidad de que su profecía se equivoque.

Incluso si la isla Gyojin termina siendo destruida como consecuencia de los actos de Luffy, "cumpliendo" así la profecía, Oda se aseguró en el mismo arco de darle un desarrollo a Madam Shyarly para darnos un marco de lectura a cómo interpretar sus poderes: Incluso si puedes prever un futuro, no hay por qué darlo por hecho cuando puedes creer en otra realidad que con tus propios ojos ves está siendo creada. Por más oscuro que parezca el porvenir, siempre puedes buscar una luz que te guiará a un mejor futuro.

Aunque se pueda debatir sobre lo que implican los poderes de Shyarly, si hubiese una ley estricta de cómo funcionan sus profecías, ella no terminaría admitiendo la posibilidad de equivocarse, por lo que al final el personaje sólo está para reafirmar el mensaje de que cada uno forja su destino.

Y si esto suena como si dijera “Cuando Naruto lo hace está mal pero cuando lo hace One Piece está bien porque a mí me gusta” es porque el punto que intento hacer es: Independientemente de las mecánicas de la profecía, Oda hace un esfuerzo por contextualizarla de manera que la podemos interpretar de manera consistente con los temas recurrentes de la serie.



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David Lynch y amigos hacen una serie

Posted : 3 years, 3 months ago on 28 December 2020 02:01 (A review of Twin Peaks)

Twin Peaks es una serie de culto de los 90s creada por Mark Frost y el tan famoso David Lynch. Y aún estando familiarizado con la carrera del director, mi opinión de la serie permanece negativa.
Primero que nada, el piloto sabe plantear un misterio de manera rápida mientras vemos progresivamente cómo el pueblo reacciona a la tragedia. El pacing y las actuaciones hacen un espléndido trabajo estableciendo el tono a la vez que transmiten lo que pasa por la cabeza de los personajes, pero esto resulta un desperdicio porque no conocemos a ninguno de los afectados con anterioridad, por lo que la escena de los amigos de Laura reaccionando a su muerte sólo puede ser emotiva en retrospectiva. Y a partir de ahí la serie nunca le afloja al melodrama injustificado, como con Josie, una china a la que terminan matando unos chinos, quien nunca termina de importar porque su historia y personalidad se basan únicamente en ser una víctima. El principal problema con esta telenovela es que para toda la muerte y tragedia, los personajes son muy simplones.
Incluso el detective Dave Cooper, el personaje más icónico de la serie, es poco más que un tipo carismático y entretenido que el autor usa para dar consejos al público.
Los demás personajes que importan, que tienen una personalidad clara y cierto desarrollo, participan poco o nada en la resolución del misterio. Pero entre jóvenes inmaduros superando sus complejos, adultos con pasados oscuros lidiando con el crimen, y espíritus que se apoderan de aquellos que en su tormento les abren las puertas a su mente, da para contar una historia sobre la dualidad del amor y la locura, la naturaleza del mal en el hombre y la maduración.

Y sí, dije espíritus, porque también tiene bastante presencia el ámbito de lo paranormal. Y el segundo mayor problema de la serie es que traiciona su premisa, haciendo imposible que me tome en serio el misterio desde que un gigante aparece en los sueños del protagonista para darle pistas sobre sus problemas. Bien que las pistas no son tan explícitas y Cooper no tiene recuerdos muy claros de las mismas, pero las visiones sólo hacen parecer que cualquier cosa puede pasar en cualquier momento. A lo largo de las dos temporadas el misterio policial va perdiendo importancia y la serie se vuelve sobre gente común lidiando con problemas paranormales, pero sin dejar a atrás un montón de humor de sitcom con personajes caricaturescos que no aportan nada a la trama principal, es absurda la forma en que el melodrama coexiste con una subtrama de una señora que pierde la memoria y vuelve a la secundaria que termina con todo volviendo al status quo.
Todo esto la limita a un máximo de 5/10, pero debo reconocerle el mérito de introducir métodos de dirección cinematográfica en la caja idiota.
Y al menos es entretenida hasta ese final de temporada que pretende ser 2001: A Space Oddysey pero tiene a los personajes corriendo inútilmente de un simbolismo a otro por un montón de tiempo hasta que termina el capítulo planteando un cliffhanger.

La serie intenta ser un policial, una sitcom, un drama fantástico y un thriller psicológico lleno de simbolismos a la vez, y al final no triunfa en ninguno de estos ámbitos.

Con todos los problemas que tengo con la serie de los 90's, sigue siendo preferible a la asquerosa tercer temporada, que es lo mismo pero mil veces peor y más moderno: Llegamos a conocer todavía menos a los personajes y todo se centra en un misterio pretencioso donde se nos cuentan muchas historias a la vez. El factor Shock toma prioridad llevando a cosas como una escena que no lleva a nada de una madre que ve a su hijo ser atropellado por un adicto. Los simbolismos degeneran en atrocidades como ese episodio compuesto enteramente de flashbacks de bichitos metiéndose en la boca de niñas y bombas atómicas explotando para que después venga algún intelectual a teorizar cualquier cosa desde que "El capítulo representa la degradación del cine moderno" hasta que "Twin Peaks trata la propagación del abuso sexual a lo largo de las generaciones". Y el relleno ahora ocupa casi toda la temporada, dedicada a que Cooper, con amnesia, se la pase viviendo la vida de alguien más en una absurdamente lenta, extensa, vacía e irrelevante comedia arreglando su vida matrimonial y saliendo de problemas con mafiosos, sólo para que cuando recupere la memoria, todo eso quede atrás y resuelva todo el conflicto en un clímax cómicamente apresurado. Esa manera de desperdiciar el tiempo no tiene nombre. Y al final la serie nos deja con un viaje a una dimensión distinta, o a otra línea temporal, o al mundo real, lo que sea, porque se puede interpretar como se te dé la gana y nunca antes se hizo referencia a esa clase de viajes ni aporta nada a todo el drama que le previno.

No se me hace tan descabellada la teoría de que esa última temporada es una mierda a propósito, porque va totalmente en contra de la buena escritura, y algo tan horrible sólo puede apelar a pendejos pretenciosos fácilmente impresionables y profesores de cine posmodernistas.


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Mejor que los cartoons actuales

Posted : 3 years, 3 months ago on 1 December 2020 02:00 (A review of Daria)

En mis años de ver televisión nunca tuve la fortuna/desgracia de poner MTV, así que por media década Daria estuvo en mi lista de pendientes. Si la agregué a esa lista habrá sido más que nada por el top de personajes del Nostalgia Critic y el top de episodios de Proyecto CHAOS del cual había olvidado hasta su existencia.

Mi punto es, no esperaba que me gustase la serie, pensé que sería pretenciosa, o progre, que Daria estaría escrita para que se proyecten los inadaptados que necesitan burlarse de sus compañeros de escuela, o que se haría demasiado larga y monótona. Resulté sorprendido.
No con los primeros episodios, que bien eran chistosos e ingeniosos pero no iban más allá del humor cínico y una moraleja ocasional, sino a partir del episodio Road Worriers: Empezamos a ver a Daria fuera de su zona de confort, Daria con un crush, Daria más emocional que nunca. Es muy entretenido verla lidiar con estas situaciones desde su personalidad única, y se sigue haciendo más interesante conforme más aprendemos de ella.
La serie no es sobre Daria owneando a un mundo absurdo con su cinismo, sino sobre que ser inteligente no es suficiente para sobrellevar la vida adolescente.
La vemos lidiar con las consecuencias de su sarcasmo, aprende a adaptarse para priorizar sus objetivos a su cinismo y se hace más comprensiva y más flexible con sus principios.
La serie es predecible en el mejor sentido posible, pues los personajes se desarrollan de manera que parece muy natural desde el inicio.
Me encanta por ejemplo la forma gradual en que Daria ve que no tiene futuro con Trent y se va desencantando, dejando a la Daria de la primera temporada como muy inmadura comparada a la del final.

Algo parecido se hace con su hermana.
Quinn inicia siendo una caricatura genérica cuyo chiste es ser una caricatura genérica, pero gradualmente se vuelve más que eso, se ve un lado más serio suyo, con conflictos reales y un potencial para cambiar mucho. Y la serie en general sabe ordenar las tramas que protagoniza para que cada cambio suyo, sea esforzándose para ser distinta de sus amigas o apreciando más a su familia, se sienta como un aprendizaje genuino y no como un lado suyo que ocasionalmente sale a la luz. El último episodio hasta pone en perspectiva su forma de ser, mostrando que de pequeña Daria preocupaba a sus padres con su ineptitud social, por lo que para Quinn tener muchos amigos se volvió muy importante.
Por desgracia no se puede hablar tan bien de su grupo de amigas. Si bien Stacy mostró potencial de cambio al no ser tanto una cretina como sus amigas sino solo una idiota que quería encajar, y su salida del club de modas se planteó con mucho tiempo; Tiffany y Sammy son demasiado estáticas y no tienen cualidades redimibles que hagan que me importe lo que les pase. Están ahí para rellenar episodios, lo que no está mal cuando son chistosas o cuando sirven para el desarrollo de Quinn, pero a la larga terminan obstaculizando ese desarrollo. Quinn nunca llega a hacerse definitivamente responsable ni a cambiar drásticamente su superficialidad porque al final de cada episodio tiene que volver al club de modas. Sólo en la película final a Quinn se le permite conseguir un trabajo y cambiar su forma de vida, cuando el club termina. Dicho sea de paso, gastar tiempo de la película que cierra la serie con una subtrama cómica de estas tres chicas por las que no puedo dar un carajo me parece fatal, y que se termine el club abruptamente, cuando en la misma quinta temporada se hizo todo un drama sobre que el club no debía cerrar, arruinó la última oportunidad de hacer algo satisfactorio con estos personajes.

Y si dediqué tanto espacio a estos personajes es porque el tiempo que se gasta en ellos afecta mucho la calificación final. Sobre el resto del cast no tengo tanto que decir.
Jane y Daria se contrastan y complementan muy bien, teniendo siempre algo que aprender una de otra o algo que aprender juntas, sin que ninguna se haga enfermamente dependiente de la otra como en otras series escolares. Y Jane también tiene un desarrollo propio en que progresivamente va decidiendo su futuro como artista y se aleja de terminar como su hermano.
Con Jake y Hellen también se agradece la continuidad: Por un lado la escasez de amor conyugal va siendo reemplazada por una pasión renovada conforme lidian juntos con sus problemas. Y por otro lado se explora su pasado, una juventud como hippies/marxistas que abandonaron para volverse esclavos del capitalismo, lo que pone en perspectiva la actitud antisistema de Daria.

Sobre Tom… No es que sea muy perfecto, se puede reconocer su tendencia a buscar chicas como Jane y Daria porque con ellas no tendría que esforzarse por ser un novio como con otras chicas, y decepciona a otros varias veces; pero la serie nunca le recrimina sus fallas, y para alguien con un rol tan central hizo falta algún episodio centrado en él donde supere un conflicto propio y no sólo forme parte del conflicto de otros.
Esto no quita que las temporadas en las que participa son las mejores, con una mayor atención a la continuidad y los episodios se centran en eventos de mayor relevancia. Al final este dibujito hizo más con una relación adolescente en 15 episodios y dos películas que el mejor anime romántico en 26 episodios.

Tampoco quiero tirarle flores a la continuidad (No es Mystery Inc. ni The Spectacular Spider-Man), la serie hace el esfuerzo constante de mantener el status quo, no se va ningún profesor, el club de modas no cierra, cuando Daria se interesa en un chico que no es un descerebrado como el resto lo pierde para el final del capítulo, cuando Daria se hace un piercing por una estupidez todo se arregla mientras duerme porque sí, y la mayoría de los personajes cambian poco o nada para el tiempo que transcurre dentro de la serie… Pero esto hace más bienvenidos cambios como que Daria conduzca un auto o la introducción de Tom, y la serie aprovecha su fórmula episódica para evitar la monotonía, metiendo un musical, una parodia de Titanic, una batalla por supervivencia en la nieve, episodios de antologías, y hasta un capítulo raro de Daria ayudado a un par de entes mágicos a volver a su isla o algo por el estilo que no se vuelve a tocar.
Sí, tiene sus altibajos, y no siempre me preocuparé por la crisis de identidad que tenga Daria por dejar de usar anteojos o por no ser más la cerebrito del colegio, pero son bastantes las risas que me sacó ver a Lawndale perder la cabeza una y otra vez. Trata, de manera a veces madura pero siempre divertida, temas como la formación de una identidad pública, la paranoia de los 50s, la corrupción institucional o la sexualidad en la adolescencia, siempre dispuesta a burlarse de las feministas resentidas con los hombres, o a criticar a los homosexuales o a las políticas identitarias de los negros, sin nunca promover alguna agenda específica (Contrario a otras series "intelectuales" para jóvenes de hoy). Su duración es justa para la cantidad de buenos episodios que tiene, no da vueltas innecesariamente sobre lo mismo evidenciando que no hay progreso (Contrario a otras series "intelectuales" para adultos de hoy), y tiene una conclusión sólida que hace que valga más la pena.

Puede que mi disfrute de la serie se sustente mucho en el contexto en que la vi, y esta reseña sea de las más subjetivas que hice. Por esto, si son como yo y les gusta aprovechar la brevedad de la vida barriendo o haciendo tarea mientras ven una serie, este show de animación limitada basado mayormente en el diálogo sirve para sobrellevar el rato.


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Únete a Cobra Kai

Posted : 3 years, 6 months ago on 29 September 2020 01:40 (A review of Cobra Kai)

Enterarme de Cobra Kai fue una grata sorpresa, volver al mundo de Karate Kid desde la perspectiva del rival explorando las consecuencias de la película en sus vidas, aprovechando la lectura de que Daniel era el verdadero villano para retroactivamente darle una moralidad más gris a los eventos, tenía mucho potencial.
No recuerdo muy bien cómo lo hizo The Karate Kid, pero esta serie maneja muy bien el contraste entre las filosofías de las dos escuelas. Por un lado el Miyagi-Do, con un carácter oriental centrado en usar el karate como un método de mejoramiento espiritual, ayudando a los jóvenes a crecer mediante el trabajo duro y la búsqueda de balance. Contrastado con Cobra Kai, con una perspectiva más comercial, buscando impresionar a otros y hacerse popular, lo que no quita que a los perdedores les sirva para tomar control de sus vidas en lugar de dejarse pisotear, ganándose el respeto no solo de otros sino de sí mismos también, rechazando el victimismo. Ambas filosofías quedan en manos de adolescentes hormonales con maestros que dejan mucho que desear, lo que resulta en abusos y excesos que sólo potencian la rivalidad entre ambas escuelas, exponiendo sus falencias y mostrando que siempre tienen algo que aprender uno del otro, dejándole al espectador la opción de reflexionar cuánto habría que cambiar de cada filosofía.
Con lo excelente que es la neutralidad del conflicto, lo más criticable es la presencia de John Kreese en la segunda temporada. Está ahí sólo para representar el exceso de la filosofía de "Strike first" y "No mercy", revirtiendo los ideales masculinos de Cobra Kai a lo que hoy llamarían "Toxic masculinity", sin que se justifique realmente por qué busca aplicar las reglas de la guerra en lo que sigue siendo un deporte.
Muy distinto es lo que pasa con Daniel Larusso y Johnny Lawrence. Al acabar su rivalidad con una pelea nunca le dieron un cierre real, por lo que aunque siguieron adelante con sus vidas alejados del karate, el niño conflictivo que fueron aún está dentro de ellos y sale a la superficie cada vez que tiene la chance. Ahora, tras años de guardar rencor en silencio, Johnny puede revivir el espíritu de Cobra Kai y tener su revancha con Daniel.
A partir de estos personajes vemos cómo el karate afecta la vida de los estudiantes: Arman nuevos círculos de amigos, cambian su forma de ver la vida y enfrentan las jerarquías establecidas de la secundaria, resultando en una historia que promueve buenos valores sobre la disciplina y la dignidad, adolescentes aprenden a ser hombres, hombres aprenden a ser padres y chicas aprenden a… ¿No confiar tan rápido en los chicos?
Lo que no me gusta es que con todo esto continúa siendo un slice of life donde el propósito final de los personajes no va más allá de ser popular y tener novia. Para todo lo que conllevan las enseñanzas de ambas escuelas, todo se siente muy superficial y sin importancia. Aún en el final de la segunda temporada, cuando la fricción entre los grupos se sale de control y aparecen consecuencias permanentes, todo es por drama adolescente.
Al menos todos los personajes tienen personalidad y desarrollo consistentes que hacen que ese drama me importe y lo disfrute. Las cautivadoras relaciones padre-hijo y alumno-maestro, y los triángulos amorosos que funcionan con la justificación de que son adolescentes calenturientos superficiales, mantienen a los personajes en constante cambio. Y los valores masculinos de la serie la hacen diferenciarse del 99% de telenovelas adolescentes al no tener miedo de criticar la delicadeza de las generaciones actuales ni de mostrar consecuencias físicas y psicológicas de sus cagadas sin hacer un melodrama ni una caricatura con ello.
Tampoco disfruto la cantidad de casualidades que requiere la historia. Te acepto que sea la compañía de Larusso la que le repara el auto a Johnny, pero también es su hija la que le chocó el auto, hija que va a la misma secundaria que Miguel además de ser su interés amoroso y novia del asiático con el que Johnny peleó, Miguel llega a la casa de Sam la misma noche que Robby come con ellos, Tory y Aisha van a la playa el mismo día que Sam y su madre, Johnny se encuentra al novio de Carmen hablando sobre ella en un restaurante… Cuando la mitad de la tensión en la serie depende de casualidades y malentendidos, la ciudad se siente muy pequeña, y todo se siente más artificial de lo necesario. A lo que podría sumar críticas puntuales como la velocidad con la que los personajes más importantes alcanzan un nivel tan elevado, o que todo eso de "luchar en sincronía" de Sam y Robby no tiene sentido en la práctica y sólo existe para facilitar su romance.
Con todo, Cobra Kai es una serie muy divertida e inspiradora, que no desperdicia la oportunidad para intentar algo sobresaliente con el drama de personajes tanto viejos como nuevos. Pero también tiene potencial de irse a la mierda rápido, el drama puede hacerse más forzado, los personajes pueden seguir dejándose llevar por malentendidos bobos, el mundo puede empezar a favorecer injustamente a alguno de los bandos y dejar atrás la neutralidad, puede alargarse de forma que el desarrollo de los personajes y los nuevos personajes ya no sean interesantes y sólo entretenga la acción, puede eliminar las heridas graves o quitarles importancia y reducir todo a otra serie de deportes. Dejando de lado mi escepticismo, es una bocanada de aire fresco en una industria cada vez más desvergonzada.


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El dios de la muerte es mi BFF!

Posted : 3 years, 6 months ago on 8 September 2020 12:19 (A review of YuYu Hakusho )

Yuu☆Yuu☆Hakusho es de los nekketsu más apreciados de su época, pues no escasea de personajes cool, poderes únicos, torneos de peleas ni power scaling. Si sólo quieres ver tipos partiéndose la madre con poderes mágicos, lo encontrarás, pero no esperes estrategias, tensión ni un progreso más allá de obtener el power up de momento.
En un inicio la historia tenía potencial, rufianes adolescentes que por inconvenientes del destino tienen que arriesgar su vida peleando contra monstruos y así conocer el mundo de los hombres de verdad, pero termina siendo otro shonen long runner genérico.

Las batallas nunca se manejan de forma inteligente, simplemente aparece un antagonista con algún poder raro y los protagonistas aguantan hasta que se sacan un poder con el que ganarle.
Kurama es el peor manejado, cada batalla suya termina con él sacándose una planta mágica del bolsillo con cualidades súper específicas con la que resuelve todo, y todos lo halagan como si fuese muy inteligente. Es muy estúpido.
Tampoco es que los personajes tengan objetivos interesantes o un desarrollo memorable más allá de que se refuerza su amistad.
Kuwabara quiere ganarse el corazón de la hermana de Hiei, quien lo motiva a sacarse power ups de vez en cuando. Hiei quiere proteger a su hermana sin que ella sepa quién es él. Kurama está encariñado con su vida humana a pesar de que eventualmente volverá a ser un demonio. Y Yusuke quiere ser fuerte para proteger lo que valora. No hay catarsis satisfactoria para ninguno de ellos.

El arco más aclamado no me gustó. Todo bien con Toguro siendo alguien obsesionado con el poder como forma de enfrentar su propia mortalidad (Aunque no se haga mucho con eso antes de su derrota), pero el resto del arco es un torneo donde todo está permitido y montones de espectadores (que claramente no valoran sus vidas) mueren, mientras que a ningún personaje importante le pasa nada grave, ni siquiera a los guerreros random con los que los protagonistas se hacen amigos. Y el final es la mierda más artificial y absurda que vi: Toguro alcanza su última transformación y los personajes deciden de la nada que "Si Yusuke sufre mucho va a recibir un power up que le permita vencerlo" ¿Y cómo se resuelve todo? Kuwabara finge su muerte y pasa justo lo que predijeron. Es como si mientras entrenaban para el torneo hubiesen visto Dragon Ball Z y decidieron aplicar las mismas reglas.
Y por si ser un shonen típico donde los protagonistas tienen una buena dosis de plot armor no fuese suficiente, ya de por sí la serie inicia con el protagonista volviendo de la muerte, y el dios encargado de administrar el curso de las almas de los muertos es un aliado de los protagonistas. Como consecuencia, incluso cuando uno de los héroes muere, el enano puede decidir "Me caés bien así que te revivo."

El arco siguiente quiso hacer algo distinto dándoles a los antagonistas poderes con reglas específicas para que las batallas no sean tan físicas sino más intelectuales, y como el entorno y las vidas civiles forman parte de los combates ya no se siente tanto como un anime de deportes, pero 60 episodios en la serie la tensión ya fue destruída.
Tampoco ayuda que el villano principal del arco sea un loco que quiere destruir el mundo porque "Mhu la humanidad hizo cosas horribles y tiene que ser castigada" y que resulta tener múltiples personalidades que no aportan nada a la trama. Ni qué decir de que lo derrotan porque RESULTA que Yusuke es descendiente de un rey demonio megapoderoso y por ello tenía un power up guardado hasta ahora. ¿Qué basura sacada de anime moderno es esa? Parece algo escrito por un niño que vio mucho shonen, no por el autor de Hunter X Hunter.
Y a partir de ahí la serie se queda sin trama, su arco final no es más que otra excusa para ver demonios que recién conocimos pelear con poderes mágicos, pero esta vez sin Kuwabara, en un mundo que no conocemos y contextualizado en un conflicto político que se desarrolla fuera de pantalla.

No tiene la extensa exposición, el world building sin sentido ni el terrible trato a los personajes de Bleach, ni promueve nada enfermo más allá de la infantilización de la muerte, pero no la voy a recomendar sólo por no romper tantos platos.


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